Las manifestaciones en Francia contra el terrorismo yihadista nos ha recordado a los españoles las grandes concentraciones de unidad que se registraron en España a raíz del asesinato de Miguel Ángel Blanco por los terroristas de ETA. Sin embargo, casi de manera simultánea, en medio del clamor europeo contra los asesinatos cometidos por los fanáticos islamistas, se registraba en Bilbao otra manifestación en apoyo del terrorismo etarra, que no ha merecido apenas comentario.Durante un tiempo el terrorismo etarra ha contado con una cierta “comprensión” de los medios políticos e informativos de nuestros vecinos europeos, que veían en sus acciones una motivación política, a pesar de que hace ya casi 40 años que España vive en una democracia homologada con las más avanzadas. Es oportuno señalar que el ministerio del Interior, que ha participado en una “cumbre” antiterrorista en Paris, ha desencadenado una operación contra el entramado etarra alimentado en los últimos años de tregua por la espiral separatista. Ya veremos en qué acaban las detenciones practicadas por la Guardia Civil, pero la sociedad debe percibir nítido el mensaje de que no hay terrorismos buenos y terrorismos malos; que el terror es el peor enemigo de la libertad, venga de donde venga. En este sentido, la violencia de etarras y yihadistas responde en el fondo al  mismo desprecio a la dignidad humana.