La negativa del ministro Pedro Morenés a comparecer en la Comisión de Defensa del Congreso para informar de la última reunión en Bruselas y de las operaciones navales en el Egeo, ha escenificado una situación inédita en la democracia española. La negativa del Ejecutivo en funciones a someterse al control parlamentario, dadas sus limitadas  funciones, cuenta con argumentos jurídicos, tal como ha expresado la Vicepresidenta Soraya Sáez de Santamaría en carta al Presidente del Congreso. Sin embargo Patxi López, con el argumento de que en esta situación la ley no excluye la exigencia al gobierno de comparecer en el Congreso, está empeñado en tensar la cuerda a la hora de calificar este intervalo de “conflicto institucional grave”.Antes de que este conflicto se resuelva por la vía judicial, existen fórmulas de diálogo político que no deberían descartarse. La situación inédita que estamos atravesando aconseja moderación y creatividad para evitar el choque institucional. Si bien es cierto que este Congreso no es el que invistió a Mariano Rajoy, tampoco es absurdo que se establezca alguna forma de control parlamentario, dado que la situación de interinidad se prolonga. Por otra parte Rajoy tiene poco que perder en este campo, y la comparecencia de su gobierno en la Cámara le permitiría mantener la iniciativa y la visibilidad política.