"CRISTO DE LA PAZ" o "CRISTO DE KENNEDY" El cuadro de grandes dimensiones -óleo sobre lienzo- expuesto en la primera capilla de la derecha, es la cuarta y última versión que realizó su autor sobre el tema de Cristo en la Cruz. Pintado en 1964, fue dedicado a la figura del asesinado presidente católico de los Estados Unidos de América, J. F. Kennedy (1917-1963), como homenaje del pintor a una figura clave de la sociedad internacional de su momento y de capital importancia en el orden político y pacificador del mundo. Ese sentido pacificador le dio nombre al cuadro, que se llama realmente "Cristo de la Paz", aunque por tradición y por expresión del propio pintor, se dio en llamar "Cristo de Kennedy". La obra presenta importantes novedades iconográficas y rompe con la larga tradición en la representación de la imagen de Cristo crucificado en la Historia del arte. Causó un gran impacto desde la presentación de la primera versión en 1948, y se desató una gran polémica. El cuadro fue calificado de irreverente y blasfemo y su autor quedó proscrito. El Cristo, ("Los Cristos") de Benito Prieto Coussent), está considerado como una de las obras de Arte Sacro más importantes del s. XX. Este cuadro fue destruido por el propio pintor y posteriormente recompuesto y restaurado en 2003. Junto al Cristo, se expone en la misma capilla uno de los bocetos preparatorios que el pintor realizó para pintar el Crucificado. "PAZ Y GUERRA" Esta obra de grandes dimensiones, expuesta en la sacristía de la iglesia, es una representación desgarradora, en clave surrealista, de una inquietante visión apocalíptica del mundo actual. Puede interpretarse como un gran mosaico donde se patetiza la fragilidad del ser humano ante el drama de la propia humanidad, la guerra, la destrucción y la muerte. Bajo ese complejo mundo de símbolos aparece el verdadero autorretrato del autor del cuadro, de personalidad atormentada y sensibilizada ante los horrores, la barbarie y la aniquilación del hombre por el propio hombre. El cuadro se llama también "Quien me librará de este cuerpo de muerte", tomado literalmente de la cartela grafiada que se presenta sobre la cabeza de la figura central del cuadro. Ese hombre, anónimo -La Humanidad-, se ha representado fragmentado y roto, y es notoria la similitud que guarda con la figura del original y característico "Cristo" de Benito Prieto. La cabeza, separada también del cuerpo, levanta la mirada en angustioso gesto de súplica. Al mismo tiempo esta obra quiere ser un canto alentador, representado en el cuadro en la leyenda "Pacem in terris" y en la imagen de una nívea paloma junto a unas espigas de trigo y amapolas, signos de redención, paz y esperanza. Estas dos importantes obras de arte fueron expuestas hace más cincuenta años en la Ciudad de Granada, causando un fuerte impacto y asombrando en cuantos las pudieron contemplar, confirmando lo que era público y notorio: la gran maestría de su autor. De ellas se ha hablado y se sigue hablando hoy en ambientes artísticos, culturales y religiosos de Granada, que esperan con mucho interés el momento de poder verlas de nuevo. A partir del próximo miércoles podrán ser de nuevo contempladas por granadinos y visitantes en la Iglesia Parroquial de Santa María de la Encarnación del recinto monumental de la Alhambra. A los Medios de Comunicación Social que asistan al acto de presentación se les entregará un dossier sobre el pintor Benito Prieto Coussent, sobre su obra y, especialmente, sobre estas tres pinturas que ahora ven de nuevo la luz. También podrán grabar imágenes y realizar fotografías de las obras expuestas para su difusión en los propios medios de comunicación. Varias personas estarán a disposición de los informadores para contestar a cuantas preguntas consideren oportuno realizar.