El libro es refugio contra las tormentas, compañía para la soledad, o soledad disfrutada. El libro es tradición, y sabiduría y conocimiento, y encierra en él viajes imposibles, rutas soñadas, aventuras espectaculares, la historia que no hemos vivido, las historias que quedan por vivir. El libro soporta el azote del tiempo, nos sobrevive y se ofrece a las nuevas generaciones, nos muestra caminos que seguir y derroteros que otros ya han caminado. El libro es cultura, es amistad, es regalo, es el regreso a la patria íntima de la infancia propia o el salto a la madurez por venir. El libro es el testigo rotundo de los hombres, de esos hombres que hacen y escriben y narran e ilustran libros llenos de versos eternos, de palabras transgresoras, de frases hilvanadas de literatura, de ciencia, de alma. El libro es una fiesta hoy, pero también una celebración diaria. El libro, siempre, es el amigo que nunca falla.