Un abogado cartagenero de 62 años a un paso de la gloria: la hazaña de las siete grandes maratones del mundo

El abogado cartagenero Carlos Ortíz García-Vaso, de 62 años, está a punto de completar uno de los mayores retos del atletismo amateur: el World Marathon Majors. Con 57 maratones a sus espaldas, su próximo objetivo es la maratón de Sídney en 2026, con la que conseguirá la séptima estrella de este prestigioso circuito mundial, un sueño que demuestra que la determinación no entiende de calendarios.

Un inicio tardío por motivos de salud

La relación de Ortíz con el deporte comenzó de forma tardía, cerca de los 30 años, y por una razón de peso: la salud. Su vida como estudiante y joven profesional era sedentaria, una rutina que él mismo describe como de "libro, café y tabaco". Esta inercia le provocó problemas en la zona cervical que le obligaban a tomar analgésicos a diario para poder trabajar.

Tras probar sin éxito con fisioterapia, el consejo de unos amigos le llevó a la bicicleta, una actividad que acabó con sus dolores. Años después, inspirado por un reportaje de televisión sobre la prueba de Iron Man, decidió dar un paso más y aprender a correr. "Si tú dejas tiempo y tienes paciencia, el cuerpo se adapta a cualquier cosa", explica Ortíz sobre su proceso de adaptación, que le llevó de la cinta del gimnasio a su primera maratón en París en 2007.

Si tú dejas tiempo y tienes paciencia, el cuerpo se adapta a cualquier cosa"

Carlos Ortiz García-Vaso

Corredor de maratones

Disciplina, austeridad y anécdotas

Compatibilizar su profesión de abogado con un exigente calendario de maratones internacionales no ha sido un problema. Salvo por los señalamientos judiciales, que tienen fecha y hora inamovibles, Ortíz organiza su tiempo para entrenar y viajar. Sus pasiones, además de correr, son el turismo y la fotografía, por lo que cada maratón es una excusa para quedarse al menos una semana y conocer la ciudad.

El esfuerzo económico que suponen estos viajes lo compensa con lo que él llama una "vida de austeridad". Según confiesa, "salimos poco, cenamos poco fuera, tomamos pocas copas", un ahorro que invierte directamente en su pasión. Esta dedicación le ha permitido correr en ciudades como Nueva York, Boston, Chicago o Tokio.

De sus 57 maratones, acumula vivencias de todo tipo. Una de las más curiosas ocurrió en Tokio, donde tras finalizar la carrera se perdió buscando a su familia y acabó corriendo una media maratón extra por la ciudad. Más sorprendente aún fue su gesta durante el confinamiento por el COVID, cuando corrió tres medias maratones dentro de su piso de 70 metros, completando 1.050 vueltas en cada una.

El reto de las siete estrellas

El World Marathon Majors ha ampliado recientemente su circuito, añadiendo a Sídney como la séptima 'major' y con planes de incluir a Ciudad del Cabo y Shanghái en el futuro. Ortíz ya tiene contratado su viaje a Australia para agosto de 2026. Además, ha recibido una invitación para el campeonato del mundo por grupos de edad en Ciudad del Cabo, gracias a su marca en Chicago, una decisión que está "considerando de manera seria".

Para Carlos Ortíz, no hay un límite a la vista. "Mientras mi salud y mis piernas me permitan, yo seguiré corriendo", afirma con convicción. Considera el deporte como su "auténtica terapia" y una inversión en salud que le ha ahorrado visitas a médicos y psicólogos. Su historia es un recordatorio de que nunca es tarde para empezar y que, con paciencia, el cuerpo es capaz de superar cualquier reto.

Mientras mi salud y mis piernas me permitan, yo seguiré corriendo"

Carlos Ortiz García-Vaso

Corredor de maratones