psicología

¿Por qué es bueno el deporte para los niños?: "Cuerpo y mente"

La actividad física tiene multitud de beneficios, aunque también hay riesgos dependiendo del enfoque que se le dé, según explica el psicólogo Javier De Haro

Niños practicando deporte
00:00
Maite Fernández

Los beneficios y riesgos del deporte

Maite Fernández

Murcia - Publicado el

4 min lectura

La actividad física tiene múltiples beneficios que son evidentes para toda la población, pero que influyen positivamente en el desarrollo de los más pequeños de la casa. No solo mejora el crecimiento físico y ayuda a estar saludable, sino que es clave para el ánimo, o las relaciones sociales.

A priori, la práctica deportiva no tiene que tener una parcela negativa, pero depende del enfoque que se le sé. Si los niños son felices practicando esa disciplina, si hay demasiada presión por parte de los propios niños o los adultos inmersos en el desarrollo de esa práctica.

El psicólogo y educador, Javier De Haro, ofrece una visión global de la importancia del deporte en los niños y de los errores que se cometen durante el desempeño. "Es súper sano. Estamos viendo, como hoy en día, los indicadores, por ejemplo, de problemas como la obesidad o la pasividad van en aumento en esa franja de edad", advierte el experto.

MEJORA LAS HABILIDADES SOCIALES

Entre los múltiples beneficios que tiene, está el hecho de que pertenecer a un equipo puede ayudar en la adaptación de los niños o para los inquietos la práctica de un deporte individual como las artes marciales. Lo importante y clave es la transmisión de los valores adecuados.

"Desde bien pequeñitos debemos incentivar, motivar, fomentar el hacer deporte, porque aprenden a convivir, a respetar, a ayudarse, a colaborar, a cooperar. Por eso, no tenemos que ver solo esa parte saludable a nivel físico, sino también todo lo que pueda aportar a los niños", indica el experto.

Es importante que cada niño encuentre el deporte o la actividad que mejor le vaya. "Yo siempre lo digo y niños, por ejemplo, con problemas de impulsividad encuentran su beneficio en deportes como el judo, las artes marciales. Los niños con problemas de socialización, pues deportes sin un marcado carácter competitivo. Les pueden ayudar mucho a darles seguridad, a darles confianza y a que vinculen con otros niños".

Niños jugando al fútbol

Pixabay

Niños jugando al fútbol

Con el entrenamiento y por el bien del grupo, aprenden el valor del compromiso y otros conceptos que formarán parte de la personalidad cuando sean adultos. Sin embargo, como casi todo en esta vida es una cuestión de equilibrio.

Debe ser una actividad que disfruten. "Tampoco se les puede obligar. Hay formas para poder motivarles y ayudarles a que el deporte sea una opción en sus vidas. Es bueno para luchar contra el estrés y problemas de salud mental como está demostrado que es en los mayores".

El compartir con ellos la experiencia también puede suponer una mejora en el ámbito familiar y que no quede en los días de entrenamiento sin más. "Si los padres acompañamos, y no me refiero a ir con ellos,  sino que también te implicas en ese deporte, juegas un poquito con él, haces excursiones y tienes un estilo de vida más saludable y más activo, lo que estás haciendo es que ese deporte no se quede en esos dos días. Estás promoviendo una vida, por así decirlo, activa".

competitividad y expectativas

Los problemas que puede traer el deporte suelen partir de los adultos. "Es es muy importante que las cosas no las forcemos y que, además, no busquemos siempre la competitividad. No debemos buscar que sean los mejores. Al principio tiene que ser una toma de contacto pues, para divertirse, para hacer deporte. Tiene que ser algo más vivencial, por así decirlo que realmente competitivo".

Y es que muchas veces se vuelcan en los pequeños las ganas de sus progenitores o unas expectativas demasiado altas llegando a marginar a los niños no tan buenos. "Es muy frecuente que tendemos a volcar nuestras expectativas y nuestras ilusiones en nuestros hijos. De esa forma no solo no estamos ayudándoles, sino que le estamos metiendo demasiada presión (5:32) y eso va a hacer que algo que sea para disfrutar, no lo disfrute". 

El educador añade un punto importante. "Por eso es muy importante que los papás no seamos entrenadores. Los papás estamos para ayudar, para acompañar y para ser partícipes, por así decirlo, pero no tenemos que ser entrenadores ni exigir, al menos, cuando no estamos a un nivel competitivo".

Educador y psicólogo

COPE

Educador y psicólogo

Transmitir esa sensación afecta a la forma en la que lo ven los niños. "Incluso los niños, al final, llega un momento que en lugar de fijarse en disfrutar y en ser buenos compañeros, están más pendientes de lo que valoramos los padres. Quién ha marcado el gol, quién ha hecho una falta, quién es malo, quién deja de ser es lo que pasa a tener el foco".

Como en casi todo, hay que poner mucha atención en el mensaje. "Hay que cuidar los mensajes que damos a nuestros hijos, sobre todo cuando son pequeñitos. Muchas veces vemos como ya los niños son demasiado competitivos hasta el punto de que hay juego sucio, de que hay comportamientos que no son muy deportivos y todo esto muchas veces viene de la presión que ejercemos los padres".

La labor de entrenadores y monitores es también fundamental, porque son la autoridad y el ejemplo en el que se fijan los niños, al igual que en los profesores de la escuela.

Escucha en directo

En Directo COPE CARTAGENA

COPE CARTAGENA

Herrera en COPE

Herrera en COPE

Con Carlos Herrera

Lunes a viernes de 06:00h a 13:00h

Programas

Último boletín

17:00H | 09 DIC 2024 | BOLETÍN