Abuelos, padres y nietos: el delicado arte de criar en equipo
El psicólogo Javier De Haro analiza uno de los grandes conflictos familiares y apuesta por la flexibilidad, el respeto y la colaboración entre generaciones

Los abuelos deben mimar a los nietos
Murcia - Publicado el
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Las discusiones sobre cómo educar a los niños no son nuevas, pero hay un conflicto intergeneracional que sigue muy presente en la mayoría de las familias: el que surge entre padres y abuelos a la hora de poner límites, normas o permitir “caprichos” a los nietos. ¿Dónde termina el cariño y empieza la permisividad? ¿Y hasta qué punto deben los padres controlar lo que hacen los abuelos con los niños?
El psicólogo Javier de Haro, con años de experiencia acompañando a familias, centros educativos y empresas desde el ámbito emocional y pedagógico, lo tiene claro: “Es uno de los grandes conflictos de la vida familiar moderna, pero también una oportunidad para entender mejor los distintos roles y reforzar vínculos muy sanos para todos”.
Frente a la idea extendida de que los abuelos están para consentir, el especialista defiende que también educan, aunque desde otro enfoque. “Transmiten valores como el respeto, la generosidad o la calma, y su amor incondicional es una base emocional muy potente para los niños”, explica.
los efectos positivos de esta relación
De hecho, explica que hay estudios recientes que respaldan esta afirmación: una relación estable y afectuosa con los abuelos tiene efectos positivos en el desarrollo emocional, el apego y la autoestima de los menores.
Uno de los grandes errores, según De Haro, es que los padres esperen que los abuelos actúen exactamente como ellos lo harían. “Cuando delegamos, no podemos pretender que todo se haga al milímetro como queremos. Siempre que no se ponga en riesgo la seguridad, la salud o el respeto, es importante aceptar ciertas diferencias”, señala.
Por ejemplo, no es preocupante que un abuelo dé de merendar galletas en lugar de fruta de vez en cuando, pero sí lo es si eso se convierte en la norma o afecta a la salud del niño. Lo mismo ocurre con los regalos: “No está mal que les compren algún capricho, pero si el niño empieza a exigirlos o no da las gracias, entonces sí hay que intervenir”.

Educador y psicólogo
Con frecuencia, los abuelos de hoy están muy implicados en el día a día de los niños, lo que a menudo conlleva un desgaste que no siempre se tiene en cuenta. “No es lo mismo cuidar a un niño con 30 años que con 70. Muchos hacen un esfuerzo enorme por estar al nivel, pero también tienen derecho a cansarse. Y si en algún momento recurren a una pantalla o les compran algo para entretenerles, no debemos demonizarlo”, apunta el psicólogo.
Otro aspecto clave es la gestión de las diferencias. “Si hay desacuerdos, nunca deben discutirse delante del niño. Si el niño ve que sus padres y abuelos están enfrentados, empieza a ocultar cosas o aprende a manipular la situación. Y eso es algo que debemos evitar a toda costa”, advierte.
En esos casos, la recomendación de Javier es sencilla, pero eficaz: actuar como un equipo. “Si veo que mi hijo empieza a exigir regalos sin dar las gracias, no espero que la abuela le corrija. Lo hago yo desde casa, hablo con ella y le pido que me lo diga si vuelve a pasar”.
No intentes cambiarlo todo
A la hora de abordar comportamientos que no nos gustan, el psicólogo recomienda no corregirlo todo. “Si los padres se pasan el día diciéndole a los abuelos lo que tienen que hacer, al final se bloquean y no escuchan nada. Es mejor elegir la cuestión más importante y trabajar sobre esa, con calma y empatía”.
La convivencia entre generaciones no es sencilla, pero tiene un enorme valor emocional. “Es una relación sana, enriquecedora y muy positiva tanto para los niños como para los propios abuelos”, concluye Javier de Haro
Su mensaje final es claro: más que imponer normas, se trata de construir acuerdos. Dejar que los nietos disfruten de sus abuelos —y viceversa— es uno de los mejores regalos que puede ofrecer una familia.

Abuela ayudando con los deberes



