El Gobierno vasco ha confirmado que la ralentización “ya está aquí”. Para este año espera que la economía de Euskadi crezca un 2,2%, una décima menos de lo previsto. Aunque mantiene su cálculo de un incremento del 2% en el PIB de 2020. El consejero de Hacienda, Pedro Azpiazu, no ha descartado nuevas revisiones, pero sí se ha negado a hablar de alarmismos ante los augurios de una recesión. Y es que ha destacado que se seguirán creando empleos, 15.000 en el presente ejercicio y 11.600 el próximo, a lo que hay que añadir una subida de los salarios por encima del 2%. El viceconsejero de Economía, Alberto Alberdi, ha explicado que la situación de Euskadi sigue siendo “de privilegio”, pese a que existen “potenciales riesgos” en el entorno. Ha detallado que es la demanda interna la que tira de la economía vasca, el sector servicios y la construcción, y no tanto la industria ni el mercado exterior. Ambos han enmarcado los cálculos de su departamento en la prudencia, tras un análisis serio y profundo de la coyuntura general.

Inversión a futuro

El consejero Azpiazu ha anunciado que el Gobierno vasco va a aprovechar este año el superavit de los dos últimos para reducir su deuda en 597 millones de euros. El consejero ha destacado que esta decisión es una “inversión a futuro” porque coloca a la economía y a las administraciones públicas en una mejor posición de respuesta ante posibles escenarios más complicados. La deuda se quedará así en los 9.444 millones de euros, un 12,3% del PIB. La normativa de estabilidad presupuestaria permite a Euskadi endeudarse este año hasta el 13,8 %, con lo que las cuentas públicas vascas se encuentran aproximadamente 1.000 millones de euros por debajo de la deuda permitida. Para 2020 la intención es poder rebajar la deuda hasta los 9.291 millones de euros. Euskadi se convierte así en la comunidad autónoma menos endeudada del Estado.