Adolescentes que matan: El crimen de Alejo Aznar
Un brutal asesinato cometido por adolescentes en Getxo en 1999 saca a la luz la inquietante realidad de la violencia juvenil

La violencia juvenil, una verdad incómoda
Vitoria - Publicado el
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El 24 de abril de 1999, Alejo Aznar, un hombre de vida precaria marcado por la heroína y la exclusión, fue asesinado a golpes por un grupo de jóvenes en los soportales de la parroquia de San José, en Getxo. “Hablamos de la muerte de una paria, alguien a quien unos menores mataron por diversión”, relata César Charro, ex policía y experto en seguridad, en COPE Euskadi. Alejo, enfermo y solo, apenas pesaba 40 kilos y vivía en la calle, un blanco fácil para la crueldad de sus agresores.
De la diversión al homicidio
Esa noche, tras un botellón, los jóvenes comenzaron arrojándole piedras, siguieron con patadas y uno de ellos, armado con una barra de hierro de una obra cercana, le asestó golpes mortales. “Le rompieron un brazo y le reventaron el bazo, causándole una hemorragia interna que acabó con su vida”, detalla Charro. La investigación fue rápida: en menos de una semana, la Ertzaintza detuvo a ocho implicados, adolescentes “normales” sin antecedentes que contaron su “hazaña” en el instituto.

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Una justicia en transición
El juicio, celebrado dos años después, reflejó un cambio legal: la Ley del Menor de 2001 priorizaba la reeducación sobre el castigo. Solo el autor de los golpes mortales fue condenado, a 80 horas de trabajos comunitarios y una indemnización a la madre de Alejo. “Pasamos de un sistema punitivo a uno de recuperación, pero no se indagó en las motivaciones de los demás”, explica Charro.

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¿Por qué matan a los adolescentes?
Charro apunta a una causa profunda: “La violencia juvenil está relacionada con lo que los acosadores aprenden observando e imitando a los adultos de su entorno”. Más allá de redes sociales o móviles, el experto señala que la responsabilidad recae en padres y educadores. “Somos nosotros quienes damos el ejemplo, y si estos casos persisten, no lo estamos haciendo bien”, sentencia.
Un eco que no se apaga
El caso de Alejo Aznar, como el reciente crimen de la educadora Belén Cortés en Badajoz, evidencia una violencia juvenil que trasciende épocas y contextos. Series como Adolescencia, con millones de reproducciones en Netflix, han puesto el foco en esta realidad. “No son solo las redes; hay que mirarnos a nosotros mismos”, concluye Charro.

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