Un experto navarro alerta sobre la ‘otra H’ del TDAH y el error de recurrir directamente a la medicación: "Vayamos viendo cómo es el desarrollo de este niño para saber acompañarlo"
El pediatra Raimon Pèlach subraya que la base para tratar el déficit de atención es siempre conductual, familiar y personalizada antes de optar por los fármacos

El pediatra Raimon Pèlach explica como es el TDAH
Pamplona - Publicado el
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El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es un diagnóstico cada vez más presente en la infancia, pero su abordaje sigue generando dudas. El pediatra de la Asociación Navarra de Pediatría, Raimon Pèlach, ha explicado en COPE Navarra las claves para comprenderlo. El experto destaca que, junto a la conocida "H" de hiperactividad, existe otra "H" menos visible pero más preocupante: la hipoactividad. "El niño que no es movido pero tiene déficit de atención, o se distrae, no molesta y pasa desapercibido", ha señalado, advirtiendo que este último caso puede ser más alarmante.
La clave: un enfoque conductual y personalizado
Pèlach ha insistido en que el primer paso ante un posible caso de TDAH no debe ser el farmacológico, sino el conductual. Ha subrayado la importancia de que la familia, en colaboración con la escuela y los profesionales de la salud, se involucre activamente. "¿La medicación es buena? Pues la respuesta es, depende para quién".
Para unas personas sí y para otras no"
Según el pediatra, el tratamiento debe ser siempre personalizado, ya que "no hay enfermedades, sino enfermos". Es fundamental hablar con el niño o la niña para entender su contexto. Pèlach ha compartido una anécdota reveladora de un adolescente con malas notas que le confesó: "Mis padres se están separando, los oigo discutir, y se creen que yo no me entero, porque lo hacen con cuidado, pero me entero, ¿cómo quieren que estudie?". Esta vivencia demuestra que factores como problemas familiares, el acoso escolar o un uso excesivo de redes sociales pueden estar detrás de la falta de atención.
El papel de la familia y la escuela
La tarea de las familias es crucial y "lleva mucho rato y hay que tener paciencia". Pèlach ha criticado la actitud de "si estamos del no tengo tiempo, etcétera, pues dele una pastilla", ya que "por ahí no van los tiros". Por otro lado, aunque los colegios cuentan con protocolos de adaptación curricular, ha advertido sobre el riesgo de que los diagnósticos se conviertan en meras "etiquetas" para derivar al alumno a programas de diversificación que no siempre son necesarios.
Entre las pautas prácticas para las familias, el experto ha recomendado programar el horario del niño para ayudarle a procesar mejor sus tareas, combinando estudio y ocio. Para un niño muy movido, una solución puede ser apuntarlo a un deporte o fomentar la actividad física. "Hay que ayudarles y estar encima de ellos", ha afirmado, porque necesitan sentirse acompañados.
Hábitos saludables como pilar
Más allá del diagnóstico, el pediatra ha recordado la importancia de unos hábitos de vida saludables. Un descanso adecuado, una buena nutrición y la actividad física son fundamentales para el "crecimiento y desarrollo óptimo" de cualquier niño. En este sentido, ha sido tajante con el uso de la tecnología, recomendando que "el teléfono móvil ni la tablet" deben estar en la habitación a la hora de dormir. Ha defendido que la actividad física no se limita al deporte reglado, sino que incluye actividades como "trepar un árbol" o jugar en contacto con la naturaleza.
Vayamos viendo cómo es el desarrollo de este niño para saber acompañarlo"
Finalmente, Pèlach ha resumido su enfoque en dos ideas principales. La primera es la necesidad de observar y entender el desarrollo único de cada niño para poder ofrecer el apoyo adecuado: "Vayamos viendo cómo es el desarrollo de este niño para saber acompañarlo", ha declarado, definiéndolo como "educar creciendo, crecer educando". La segunda clave es la comunicación directa: "Hablemos con ellos, ¿qué te pasa, cariño?", preguntando si hay algún problema que le impida concentrarse y cómo los adultos pueden ayudar. "El termómetro social está en la infancia, y es lo que hemos de cuidar", ha concluido.
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.



