Lucía, pasajera del tren varado entre Ribaforada y Buñuel que reaviva las críticas a la línea Zaragoza-Logroño: "Esto suele pasar"

El reloj marcaba poco más de las siete de la tarde cuando el tren que cubre la línea Zaragoza-Logroño se detuvo en seco en mitad del campo navarro, entre Ribaforada y Buñuel. Afuera, el termómetro rozaba los 36 grados este jueves; dentro de los vagones, la sensación era aún más sofocante.

El convoy, un tren de la serie 470, se quedó varado sin aire acondicionado, sin cafetería, sin agua… y con 140 personas a bordo. Tuvieron suerte, unos agricultores que trabajaban cerca del lugar les pasaron garrafas de agua. Más tarde, comenzaron a llegar los servicios de emergencia.

"Esto suele pasar en este tren", cuenta Lucía, una de las pasajeras, que resume así una nueva jornada negra para una línea ferroviaria marcada por años de promesas incumplidas. Mientras buena parte del país sufría una ola de calor inusual en pleno mayo, Renfe volvía a fallar en una de sus rutas más criticadas.

La situación se volvió aún más tensa cuando algunos pasajeros comenzaron a perder los nervios. El interventor abrió las puertas del tren para que entrara algo de aire, "el calor era insoportable", relataban varios testigos. 

Renfe desvió un tren de la línea Zaragoza-Pamplona y ordenó que desembarcara a sus ocupantes en Tudela para recoger a los afectados. Mientras tanto, ADIF pidió ayuda urgente, hacía falta agua. Protección Civil y Guardia Civil se movilizaron para socorrer a quienes llevaban más de una hora atrapados sin apenas información.

Aunque el tren transportaba a unas 140 personas, una veintena fue recogida por familiares cerca de Ribaforada. El resto, entre ellos Lucía, aguantaron sin información clara ni agua, “al final te acostumbras… pero no debería ser así. No puede ser que cada vez que coges ese tren tengas que cruzar los dedos para llegar a casa.”  

Este episodio no es un caso aislado. La línea entre Logroño y Zaragoza lleva años arrastrando retrasos, averías y malestar entre los usuarios. En julio del año pasado, el ministro de Transportes, Óscar Puente, durante una visita a La Rioja, prometió sustituir los trenes obsoletos por otros modernos antes de enero de 2025. Hoy, esa promesa sigue sin cumplirse.

Finalmente, y tras varias horas de espera bajo el sol, los pasajeros fueron recogidos por el tren desviado desde Pamplona. Llegaron hasta Tudela, desde donde fueron reubicados para continuar su trayecto hacia Logroño. No hubo compensaciones inmediatas ni explicaciones claras.