José Luis, vecino de Logroño: "Yo lo compraba entero y me cobraban 100 euros. Este año, menos de 110 o 115 no va a valer"

La inflación baja en La Rioja al 2,4%, pero los riojanos siguen sintiendo la subida en las facturas y en el mercado

Álvaro de los Ríos

Logroño - Publicado el

4 min lectura

La inflación en La Rioja ha bajado al 2,4% en noviembre, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Es el nivel más bajo desde agosto y supone cuatro décimas menos que en octubre. Un dato que, sobre el papel, suena esperanzador. Pero en la práctica, en los mercados y supermercados, el alivio aún no se nota del todo.

Si el año pasado una cesta de la compra básica de 100 euros costaba en noviembre 2,80 euros más que el año anterior, este mes ese sobrecoste se reduce a 2,40 euros. En el bolsillo se traduce en poco, unos 40 céntimos de respiro, apenas perceptibles en un ticket del súper.

En términos mensuales, los precios han subido un 0,2% respecto a octubre, lo que equivale, por ejemplo, a que una compra de 50 euros haya aumentado solo 10 céntimos. Sin embargo, no todos los productos suben igual. 

La energía vuelve a ser el “culpable” del alza  

El mayor golpe llega otra vez desde la energía y la vivienda. Luz, gas y agua se encarecen un 4,9% interanual, lo que significa que una factura media del hogar riojano cuesta unos 5 euros más al mes que el año pasado. Y eso, con el invierno ya aquí, se nota.

Por el contrario, los alimentos frescos como frutas, verduras o hortalizas han mantenido precios más estables. Son, de hecho, el pequeño balón de oxígeno que mitiga la sensación de subida generalizada.

Aun así, los gastos fijos del hogar siguen siendo el principal foco de preocupación, la calefacción, los recibos del agua y los alquileres o hipotecas, que no bajan. En conjunto, los precios en lo que va de 2025 han crecido un 2%, un ritmo más moderado que el de 2024, pero todavía visible en la vida diaria. 

Mercado de Abastos de Logroño

 Este año el cabrito ya no baja de 110 euros”  

En plena mañana prenavideña, el Mercado de Abastos de Logroño bulle entre luces, villancicos y bolsas llenas. “Se nota que hay ganas de fiesta, pero también de cuadrar las cuentas”, comenta un cliente.

José Luis, un vecino de Logroño, ya ha hecho su reserva para la cena de Nochebuena. “Yo compraba el cabrito entero y me cobraban 100 euros. Este año, menos de 110 o 115 no va a valer”, explica. Ha optado por un menú con besugo, langostinos y entremeses, pero asegura que la diferencia respecto al año pasado “se nota, y bastante”.

A pocos metros, Ana empuja el carrito lleno de verduras y frutas riojanas de kilómetro cero. “Yo suelo esperar a la última semana, porque el congelador no da para tanto. Pero he notado la subida sobre todo en la carne, la leche y los huevos. La verdura, algo menos, pero la fruta también ha subido”, cuenta mientras repasa la lista de la compra navideña.

Carnicería en un mercado de Logroño

Las compras se han adelantado este año

Los comerciantes también perciben el cambio. Alfredo Turriaga, carnicero y presidente de la Asociación de Comerciantes del Mercado de San Blas, asegura que la campaña de este año ha empezado antes, “quizás este año se han acelerado las compras y los pedidos. La gente quiere asegurarse el género antes de que suba más”, comenta.

Iturriaga confirma que los productos que más han aumentado son el cordero y la ternera, con subidas del 20 al 25% en algunos casos. “El comercio local también sufre los incrementos, igual que las grandes superficies. Pero si dejamos de comprar en los barrios, esos negocios desaparecerán, y entonces los precios subirán más”, advierte.

La suya es una llamada al consumo responsable y al apoyo a los pequeños establecimientos que mantienen viva la economía local. En su carnicería, los pedidos para Nochebuena se están cerrando con una semana de antelación, algo poco habitual.

Plaza de Abastos de Logroño

Los riojanos buscan equilibrio entre ilusión y bolsillo  

La escena se repite en otros puestos del mercado, charcuteros, fruteros, pescaderos y panaderos coinciden en que la gente está “comprando con cabeza”. Los riojanos no renuncian a celebrar la Navidad, pero ajustan cantidades y sustituyen productos caros por otros más asequibles.

Un besugo menos grande, menos langostinos o postres más caseros son algunas de las fórmulas para mantener la tradición sin desbordar el presupuesto. “La ilusión sigue ahí, pero la sonrisa se pierde un poco cuando ves que algunos productos cuestan un 25% más que el año pasado”, resume Manu Pérez desde el mercado.

Pese a todo, el ambiente navideño se impone, luces, villancicos, colas en los puestos y niños emocionados. Porque aunque el IPC haya bajado y los números del INE digan que la inflación “se modera”, el verdadero termómetro está en las conversaciones del mercado, donde cada euro cuenta. Conclusión: una inflación que baja, pero aún pesa

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Mercado de Logroño La Rioja

La inflación en La Rioja muestra señales de moderación, pero sigue siendo un fenómeno desigual. Los precios energéticos continúan empujando al alza los gastos fijos, mientras la alimentación resiste algo mejor.

En el mercado de Logroño, entre olores a cardo, besugo y cabrito, se percibe una sensación compartida, no se trata solo de números, sino de vidas reales, de mesas familiares que buscan adaptarse sin perder la alegría.

Y es que detrás del 2,4% hay historias como las de José Luis o Anapersonas que hacen cuentas, que compran con cuidado, pero que siguen apostando por el sabor de lo cercano.

Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.