La oruga procesionaria un peligro para los perros
Las consecuencias más habituales son la aparición de dermatitis cuando el contacto se ha producido en la piel

Las consecuencias más habituales son la aparición de dermatitis cuando el contacto se ha producido en la piel
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Con la llegada del calor, en primavera y verano, uno de los principales riesgos con los que te puedes encontrar es con las orugas. En algunos puntos la procesionaria ya ha bajado de los árboles. Cada año los veterinarios atienden numerosos caso de perros que lamen y olfatean orugas. Por qué? Pues porque si tu perro tiene contacto con estas orugas puede sufrir una alergia aguda.
Las consecuencias más habituales son la aparición de dermatitis cuando el contacto se ha producido en la piel, problemas de estómago en caso de que se la haya comido, conjuntivitis si el contacto se ha producido en el ojo o una inflamación de la garganta, lo que hace que le cueste respirar. Más es grave si llega a comerse o lamer la oruga, ya que en los casos más extremos puede hacer que la lengua sufra necrosis y la pierda, incluso, si pasa por la laringe, el perro puede asfixiarse.
LAVAR CON AGUA LA ZONA
La medida más efectiva contra la procesionaria es evitar los paseos por zonas donde pueda haberlas. Bosques o espacios naturales con muchos pinos es mejor visitarlos en otra época del año.
Si nuestro animal entra en contacto con algunas de estas orugas, lo primero que debemos hacer es lavar con abundante agua la zona afectada. El agua utilizada debería ser templada o caliente, ya que el calor desactiva la toxina. Después de hacer un primer tratamiento doméstico, lo más recomendable es acudir al veterinario más cercano para poner en marcha el tratamiento de forma inmediata.