El Obispado de Menorca creó un fondo de solidaridad al inicio de la pandemia y lleva ya 60.000 euros destinados a pagar el alquiler y los gastos mensuales de los que más lo necesitan. De esta manera, dan respuestas a las necesidades de los afectados por la falta de recursos económicos y laborales.

La diócesis aportó una cantidad inicial de 100.000 euros y recolectaron 65.000 euros de personas que donaron dinero a la iglesia. El obispo de Menorca, Monseñor Francesc Conesa, explica que las ayudas se destinan sobre todo al pago del alquiler, aunque también al suministro eléctrico y de agua potable. De momento, ya han ayudado con 60.000 euros y continúan.

Los destinatarios del fondo son personas y familias en riesgo de exclusión social, sin ingresos o que no disponen de recursos suficientes, o que han sido gravemente afectadas por la situación económica que ha creado la covid-19. En muchos casos también se trata de personas que están en la isla de manera irregular, sin papeles, y no pueden optar a ayudas de la administración.