Otra demostración de vulgaridad del Mallorca en Girona
Los bermellones vuelven a mostrar su peor cara, esta vez en la derrota en Montilivi. Otro partido en el que el portero, esta vez Greif, es el mejor del equipo

Formación del RCD Mallorca en Girona
Mallorca - Publicado el - Actualizado
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Hace tiempo que parece la temporada liquidada para el Mallorca, no es que no se jueguen nada, al contrario, están ante la oportunidad histórico de clasificarse para competición europea 21 años después de su última participación.
En realidad, lo que en otros lugares se celebra con algarabía entre equipo y afición, como en Vigo con dos puntos más donde parecen estar de fiesta mayor ante la opción europea, o en Vallecas donde están también de fiesta, incluso Pamplona, en Mallorca se ha convertido en frustración y mal ambiente entre equipo y afición.
Los aficionados bermellones llevan tiempo sin ver un buen partido a su equipo y acusan de falta de ambición al equipo y los jugadores lamentan que no se valore que el equipo ha logrado la permanencia holgada y sigue con todas las opciones europeas.
Ocurre sin embargo que no se aplauden números sino actuaciones. La afición del RCD Mallorca no está viendo a un equipo del que sentirse orgullosa, se lo están diciendo en Son Moix en los últimos partidos y se lo dijeron en Girona anoche, bien es cierto que con el mensaje distorsionado e intolerable de unos pocos. Pero que el árbol no impida ver el bosque. Cualquier actuación violenta desacredita a quien la comete, lo que no tiene es que poner un velo sobre las decepcionantes actuaciones del equipo.
Hace tiempo que hay síntomas preocupantes en este Mallorca, jugadores que están quejándose continuamente de sus cosas. Cada uno hablando de su libro. Da la sensación de que no están a lo que interesa, es decir, que el equipo rinda mejor, el equipo lo primero. Si luego en el campo se viera un equipo competitivo, aguerrido, que ataca con convicción, que defiende como ha sido su seña de identidad, a la gente se le pasaría.
Sin embargo no es así, si el mensaje es que cada jugador está a lo suyo y luego se ve en el campo lo que se ve, los aficionados captan el mensaje. Los aficionados que se desplazaron un lunes bajo la lluvia a Montilivi merecían algo mejor, sin duda.
Lo que aquí está ocurriendo es que la bajada de líneas es generalizada, de arriba a abajo. No es cuestión de un día. Anoche también hubo una discusión entre el técnico y Samú Costa, luego resuelta sin problema, porque eso es fútbol y ahí quedan las cosas. Sin embargo da la sensación viendo a Arrasate en los partidos de que el técnico no lo está pasando bien, que sus palabras no llegan al equipo y que lo mejor que puede ocurrir es que la temporada acabe cuando antes. Y después hacer una remodelación importante en la plantilla.
¿Y cómo se llega hasta aquí cuando todo eran buenas noticias? el equipo ha conseguido la quinta temporada consecutiva en Primera, primer objetivo. Ocurre sin embargo que ha habido una baja de líneas generalizada, brazos caídos, temporada finalizada. Consciente o inconscientemente es lo que muestran los jugadores. Para que esto no ocurra en un club, entrenador y jugadores tienen que sentir la exigencia desde arriba, es al director deportivo o al presidente a quienes les corresponde apretar, transmitir una filosofía de exigencia en el día a día, no un día ocasionalmente.
Si la filosofía del club es "qué contentos estamos con la permanencia" el mensaje de falta de ambición llega a los jugadores inmediatamente. Todo esto se traslada al campo, se vio en Montilivi un equipo tremendamente vulgar, una de esas películas en las que ya sabes lo que va a pasar y cómo acabará. Con el balón no se les ve manera de atacar al contrario con sentido. Y sin embargo cada ataque del rival, incluso de un Girona tan herido como estaba, de inquietar. Un equipo absolutamente plano, sin ambición.
Este mes acaba la liga, puede acabar como el "Rosario de la Aurora" a no ser que el equipo cambie de actitud el sábado ante el Valladolid y se dé la entrada de algún jugador como Asano o Robert provoque otras cosas, otra chispita que contagie al equipo, otra forma de atacar. Anoche tenían a Darder por dentro como le gusta, pero qué importa si apenas tienes el balón. Ni se sabía quién jugaba de delantero porque no llegaban. Luego al final con los cambios se agita un poco el avispero, pero no basta.
Es necesario acabar bien el curso, primero por respeto a la institución y la afición, también para el propio orgullo de los jugadores, así no se puede seguir.