El apagón que no pudo con la radio

En Baleares observábamos con curiosidad e inquietud lo que estaba sucediendo en nuestro país

Dos personas escuchando la radio en el Ferrol

Dos personas escuchando la radio en el Ferrol

Jordi Jiménez

Mallorca - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

La misma insularidad que es bendición y hándicap, el precio que pagamos los isleños en casi todo fue esta vez una bendición. Baleares y Canarias salvaron por su autonomía energética el día más caótico en España en décadas, debido al gran apagón, ese que nunca se iba a producir.

 Ya saben, del "serán unos pocos casos" de la era covid al "es imposible que se dé un gran apagón en España".  Son de la misma factoría, los prestidigitadores de la mentira. Ahora lo ves, ahora no lo ves, ¿dónde está la bolita?

Han sido llamativas tantas cosas que sería imposible resumirlas, sin luz no hay nada. Lo que en teoría era al sistema energético elitista de España por su gran apuesta por las renovables se ha caído dejando al país en el caos.

De pronto se cambiaba el móvil, las aplicaciones, la televisión, la vida tecnológica, por una ciudad a oscuras, el caos y la gente cenando a la luz de las velas, arremolinada alrededor de un aparato de radio para saber. La radio era lo único que les mantenía informados, sin electricidad, sin internet, quien tuviera la suerte de tener un transistor podía seguir informándose.

 Muchos han crecido en esta era digital en la que tratan de obligarnos una vida metida en internet, viajar, pagar. Hasta empiezan a sugerirnos lo del dinero digital. Este fallo, esto que no podía ocurrir y ha ocurrido, deja una lectura positiva. Aprender que no hay que aceptar todo lo que traten de imponernos, que sepamos que no podemos depender totalmente de la tecnología.  ¿Se imaginan toda situación de caída en una vida completamente digital? ¿con dinero digital? ¿con todo dependiente de internet?

 También decían que había que comprarse el coche eléctrico, con la coartada climática han ido haciendo cada vez la vida más difícil al ciudadano. Una vida digital parece muy cómoda, hasta que se cae todo. Te preguntaban sorprendidos si no empleas bizum, se sorprenden de que aún pagues cosas en efectivo. 

Ayer en las farmacias españolas algunos no podían pagar porque no se podía con el teléfono o la tarjeta. Algunos farmacéuticos vendían sin cobrar, tomando el DNI del cliente. Los españoles tienen una gran capacidad de resistencia, de colaboración mutua, en situaciones extraordinarias siempre surge lo extraordinario de nuestra gente, así ha sido siempre. 

Todos estos dirigentes que están cerrando centrales nucleares, aún no todas afortunadamente, que rompen los embalses, deberían estar en el paro. Todos los profetas del falso ecologismo, todos los responsables de los chiringuitos del Estado y las autonomías bajo los modernos títulos de transición energética, contra el cambio climático etc etc deberían renunciar por un acto de dignidad y dedicarse a la siembra de un alimento tan importante como la patata. Faltan manos para el campo. En realidad faltan manos para muchas cosas, sería un gran destino. 

El cuento se ha acabado. Quienes viven de esto buscarán coartadas, fenómenos extraordinarios, problemas de bla,bla,bla, para no asumir que lo que nos han contado no es como nos habían contado. Había señales de que esto podía ocurrir y ha ocurrido.

Siempre la radio.-

Fue un día de transistores, esta vez no era para escuchar todos los goles de Tiempo de Juego, qué equipo gana, qué equipo pierde, qué equipo se salva, qué equipo es campeón o qué equipo asciende y cuál desciende.

Los goles han sido sustituidos esta vez por la primera necesidad, se apagó todo en casi toda España.  De pronto el simple y modesto transistor de radio fue uno de los objetos más buscados y en las tiendas todos buscaban radios, pilas y velas. De pronto la gente se arremolinó alrededor de un coche para escuchar la radio, en residencias de mayores todos pudieron saber cómo iban las cosas gracias a los aparatos de radio que tienen siempre algunos usuarios. De pronto esa imágenes en blanco y negro de personas alrededor de la radio han sido en color. El apagón ha sido el agujero negro que nos ha situado en otra época.  

Cada vez que celebramos el día Mundial de la radio me gusta recordar que es bueno tener los transistores de toda la vida, no es sólo cuestión sentimental, como se ha comprobado. La tecnología da más posibilidades y tener la radio en el teléfono está muy bien. Sin embargo, la autonomía del aparato de radio a pilas siempre conviene. Fue así en la terrible tragedia de Valencia, ha sido así ahora en el apagón generalizado. No será siempre por algo negativo, es una forma fácil de tener la radio en cualquier lugar. Hay personas que aún tienen diferentes aparatos de radio por la casa. Es una buena idea.

  

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