Un tatuador de Sanxenxo (Pontevedra) ofrece tatuajes gratis a mujeres mastectomizadas para devolverles la autoestima

Desde su estudio en el corazón de Sanxenxo, el tatuador Diego González ha puesto en marcha una iniciativa profundamente humana: ofrecer gratuitamente tatuajes a mujeres que han pasado por una mastectomía. Su objetivo es claro: ayudar a recuperar la autoestima y la imagen corporal tras una de las experiencias más duras que puede atravesar una mujer.

La motivación de Diego nace de una vivencia íntima: su abuela falleció de cáncer de mama en 2003, una pérdida que lo marcó profundamente. Años después, mientras trabajaba en Alemania como tatuador, vivió una situación que le cambió la vida. Una mujer llegó a su estudio con el pecho reconstruido, pero sin pezones, y con un dolor emocional evidente. Aunque no hablaban el mismo idioma, el acto de tatuarle ambos pezones tuvo un efecto transformador: ella rompió a llorar al mirarse en el espejo y se marchó con una expresión de felicidad indescriptible.

Aquel momento fue revelador para Diego. “¿Cómo una persona como yo puede dar tanta felicidad a otra?”, se preguntó. Desde entonces, se comprometió a usar su arte para ayudar a quienes han atravesado el cáncer de mama, sin ningún interés económico.

 Una iniciativa aún poco conocida, pero con gran impacto  

Aunque lleva solo un año con su propio estudio, Diego ya ha tatuado pezones a varias mujeres, aunque admite que por ahora son muy pocas, principalmente por la falta de visibilidad. Él mismo se encarga de tatuar, gestionar el local y dar a conocer su propuesta solidaria, lo que limita su alcance.

Diego recalca que no hay ningún beneficio personal detrás: su único objetivo es ayudar, y espera que la iniciativa se conozca más para llegar a quienes lo necesitan. Ya había participado en otras causas benéficas, como recaudaciones para niños con cáncer, lo que refuerza su convicción de que su trabajo puede tener un impacto real y positivo en la vida de los demás.

 Ayuda directa y sin condiciones  

Cualquier mujer interesada solo tiene que acercarse o llamar al estudio en Sanxenxo. Diego insiste en que su disposición a ayudar es absoluta y sin condiciones. Para él, tatuar un pezón no es solo una cuestión estética: es un paso más en el proceso de sanar, una forma de que las mujeres se reconcilien con su cuerpo tras una lucha muy dura.

Con esta iniciativa, Diego demuestra que el tatuaje puede ser mucho más que arte: puede convertirse en una herramienta de reconstrucción emocional y dignidad.