El Pleno del mes de diciembre del Ayuntamiento de Ourense comenzó con la expulsión de la sala de dos policías que asistían como público, ordenada por el alcalde.
A Gonzalo Pérez Jácome no le gustaron los carteles en los que se leía la palabra “Respeto” que portaban los agentes y que también pegaron en sus escaños algunos concejales de la oposición, por lo que mandó retirarlos.
Desde los grupos municipales de BNG, PSOE y Ciudadanos censuraron la actitud del alcalde, al que acusaron de extralimitarse en sus funciones.
Jácome defendió su decisión diciendo que se limitaba a cumplir las normas.