Cesar Alarcón, abogado venezolano en Galicia: “En Venezuela, criticar al gobierno puede llevar a prisión: el miedo limita que la gente hable de su situación real”

La historia de César Alarcón es la de la superación marcada por el exilio y la reinvención. Este abogado venezolano tuvo que abandonar su país por sus críticas al régimen de Maduro y, tras llegar a España hace casi ocho años, comenzó una nueva vida desde cero. Empezó como repartidor de comida y en la hostelería, llegó a trabajar en un local de arepas, pero su determinación lo llevó a convalidar su carrera de Derecho y a abrir su propio despacho en Pontevedra, donde ahora se especializa en extranjería para ayudar a otros que, como él, buscan un futuro mejor.

Una huida por miedo

En Venezuela, Alarcón tenía su propio bufete de abogados, pero su postura crítica frente al Gobierno le pasó factura. “Si tú tienes una otra actividad de libre ejercicio, por decirlo así, y te pones crítico frente al gobierno, pues simplemente te vetan”, ha explicado. Esta situación, junto a otras razones, le imposibilitó ejercer su profesión y lo empujó a emigrar de su país.

De la hostelería a la abogacía

Su viaje en España comenzó en Madrid, trabajando para aplicaciones de reparto de comida. Con la pandemia, decidió trasladarse a la “bonita ciudad” de Pontevedra, donde se adentró en el sector de la hostelería. A la par, y no sin esfuerzo por los costes y la dificultad de compaginarlo, avanzaba en la convalidación de su carrera de Derecho en una universidad privada.

La encrucijada de un joven venezolano en Galicia: entre la precariedad y el miedo a no volver a casa

El esfuerzo culminó al graduarse y, posteriormente, ingresar en la universidad pública, concretamente en la Universidad de Vigo, para realizar un máster con el apoyo de una beca. Hoy, ya colegiado, ha decidido enfocar su carrera en un área que conoce de cerca.

Cada caso de extranjería es único y especialísimo, y si se atiende con empatía, podemos hacer las cosas mucho mejor"

César Alarcón

Abogado venezolano en Galicia

Su motivación es clara y la resume en una frase: “Cada caso de extranjería es único y especialísimo, y si se atiende con empatía, podemos hacer las cosas mucho mejor”. Desde su despacho, orienta a compatriotas y otros extranjeros sobre la mejor manera de regularizar su situación, advirtiéndoles que “la solicitud de asilo no es la única vía” y que existen otras vías para hacer una migración organizada gracias al nuevo reglamento.

La realidad de la comunidad venezolana

César Alarcón es también una de las voces de la asociación de venezolanos de Pontevedra. Ha confirmado que los venezolanos ya son la comunidad extranjera más numerosa en la ciudad, al igual que en Galicia, por delante de colombianos y portugueses, y sienten Galicia como una “segunda casa” acogedora. Sin embargo, muchos ven frustrados sus planes de viajar en Navidad para ver a sus familias debido a la recomendación de no sobrevolar el espacio aéreo venezolano.

El abogado también ha relatado el “miedo muy grande” que se vive en Venezuela, donde la información está bloqueada y criticar al gobierno puede tener consecuencias devastadoras. Ha puesto como ejemplo el caso de una médico en el estado Táchira “condenada a 30 años de prisión simplemente por enviar un audio a un grupo de WhatsApp criticando al gobierno”.

El migrante que viene a vivir, que se viene como turista escondido y corriendo, no lo hace porque quiere, lo hace por buscar humanizar su vida"

César Alarcón

Venezolano en Galicia

La principal dificultad para los recién llegados es la lentitud de los trámites de extranjería, lo que los aboca a la vulnerabilidad. “El migrante que viene a vivir [...] no lo hace por venir a estorbar, sino por buscar una mejor calidad de vida”, defiende Alarcón. Esta barrera, denuncia, les impide trabajar y contribuir, empujándolos a la explotación laboral con jornadas de “12 y 14 horas” por “hasta 5 euros la hora”.

Aunque Pontevedra es una de las provincias que resuelve más rápido los permisos de trabajo, con plazos de un mes frente a los nueve de Madrid, el gran problema en Galicia es la solicitud de asilo. Según Alarcón, se están dando citas para el año 2029, lo que deja a las personas en un limbo jurídico de años, sin permiso de trabajo y dependiendo de los servicios sociales.