Neutralidad ideológica en las aulas: así lo aplican los centros educativos gallegos
La Xunta recuerda la obligación de mantener la neutralidad ideológica en las actividades escolares, una práctica que los centros gallegos aseguran llevar aplicando desde hace décadas

Judith Fernández es la Directora de Innovación educativa de la Xunta
Santiago - Publicado el
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Ni mordaza ni novedad. La neutralidad ideológica en los centros educativos públicos de Galicia es una práctica asentada desde hace décadas, aunque la Xunta haya decidido recordarla en las nuevas instrucciones para el próximo curso. El objetivo, según explica la directora xeral de Ordenación e Innovación Educativa, Judith Fernández, es claro: “Educar, no convencer. Ofrecer distintas perspectivas, no imponer una”.
Este recordatorio ha generado críticas desde algunas asociaciones de familias y el sindicato CIG, que temen una limitación a la libertad de expresión. La CIG lo tacha, incluso, de “mordaza”.
Pero desde los propios centros la visión es otra, más pragmática y serena. Isabel Ruso, directora del IES Eusebio da Guarda (A Coruña), lo deja claro: “La neutralidad ideológica no es algo nuevo. Está recogida en la ley desde 1985 y forma parte del día a día de cualquier centro público. No ha supuesto ningún cambio ni ningún problema”.
pensamiento crítico
La Xunta insiste en que este principio no busca censurar temas ni impedir debates. Al contrario. “Se puede hablar de cualquier asunto actual, pero ofreciendo al alumnado información contrastada, fuentes diversas y espacio para construir su propia opinión. Eso es fomentar el pensamiento crítico”, resume Judith Fernández.
Las actividades complementarias, como charlas, visitas o talleres, deben seguir estos principios. Desde la Xunta ponen ejemplos prácticos: “Un centro puede abordar un tema como los conflictos internacionales, pero debe hacerlo desde el pluralismo, mostrando distintas visiones y no imponiendo una lectura única”.

Isabel Ruso es directora del IES Eusebio da Guarda, en A Coruña
Lo que pasa en los centros
En el IES Eusebio da Guarda, las actividades complementarias son habituales y variadas. “Tenemos charlas, presentaciones de libros, salidas culturales… organizadas por departamentos o por el equipo de orientación. Todo se hace con naturalidad”, afirma Isabel Ruso. Y añade: “En todos mis años como directora, apenas hemos recibido quejas de familias por este motivo. Y las pocas que hubo se resolvieron con información y diálogo”.
Más planificación, menos improvisación
Otra de las novedades que se incluye en las instrucciones es una mayor planificación de estas actividades. Según la Xunta, se busca evitar que se acumulen en el tercer trimestre, algo que puede distorsionar la dinámica académica. “No quiere decir que no se puedan añadir propuestas nuevas a lo largo del curso, pero deben incorporarse de forma organizada y aprobada por la dirección y el consello escolar”, recuerda Judith Fernández.
Este punto, según la responsable autonómica, responde más a una cuestión organizativa que a un control ideológico. “No se trata de supervisar con lupa lo que se hace, sino de asegurar que el calendario escolar se respeta y que todas las actividades tienen coherencia con el proyecto educativo”.
Tolerancia cero ante amenazas al profesorado
Además de reforzar la neutralidad ideológica, la Xunta pondrá el foco el próximo curso en la protección del profesorado ante posibles amenazas, especialmente a través de redes sociales. Aunque no existen cifras oficiales centralizadas sobre agresiones o conflictos, sí se han detectado casos puntuales que preocupan a los responsables educativos.
“Queremos que todo docente que se sienta amenazado o desprotegido sepa que tiene apoyo institucional”, afirma Judith Fernández. Para ello, se establecerán canales específicos de comunicación y asesoramiento, y se recordará el reconocimiento del profesorado como autoridad pública, con la consiguiente presunción de veracidad.
El mensaje es claro: la neutralidad no es silencio, ni censura. Es respeto, pluralismo y formación crítica. Y eso, dicen desde la Consellería y desde los centros, es lo que debe seguir guiando la educación pública en Galicia.