Se ha resuelto el misterio de la desaparición de Fernando Espiño, un interno en la cárcel de Pereiro de Aguiar, en Ourense, que no volvió a prisión después de un permiso penitenciario el pasado 13 de agosto.

Se barajaba la hipótesis de una fuga, pero en este caso resultaba extraño. Había cumplido 22 de los 25 años de condena y estaba gozando con normalidad de permisos penitenciarios. Pronto quedaría totalmente libre.

Su cadáver ha sido localizado por la Guardia Civil en una finca de Piñor de Cea, en Ourense, y están detenidos dos antiguos compañeros de celda. Fueron uno de ellos quien llevó a los agentes al lugar del enterramiento, situado en una zona boscosa. La principal hipótesis apunta a que lo asesinaron para cobrar una herencia de 26.000 euros que había percibido.

Se da, además, la circunstancia de que la víctima y los agresores se habían hecho amigos en prisión y hacían planes juntos cuando disfrutaban de permisos penitenciarios. Los dos arrestados han sido enviados a prisión por homicidio o asesinato y por robo con fuerza.

Fernando Iglesias Espiño cumplía condena por un triple asesinato de su mujer y sus dos hijos y estaba ya en la recta final de su pena.