El detenido por el crimen de Cabanas: un cazador pelirrojo que trabaja en una auxiliar de Navantia

Ha pasado la noche en la comandancia de la Guardia Civil de A Coruña Roger Serafín Rodríguez, el detenido por el crimen de Elisa Abruñedo en Cabanas.

Los investigadores tienen 72 horas como tope para que pase a disposición del juzgado de instrucción número 2 de Ferrol, que es quien lleva el caso.

Este martes por la tarde el arrestado fue conducido a su vivienda para asistir a un registro. De allí se llevaron escopetas y otros elementos que pueden ser relevantes para la investigación.

Se vivieron, además, momentos de tensión cuando tras hora y media en el inmueble Rodríguez salió esposado. Sus vecinos fueron los primeros sorprendidos por el arresto y hubo quien le lanzó gritos de "asesino".

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Momento en el que el detenido abandona el domicilio tras el registro con la Guardia Civil

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El arrestado es un cazador de 49 años y fue detenido en el astillero de Navantia, donde trabaja para una empresa auxiliar. Es un hombre conocido en ámbitos cinegéticos de la comarca y llamaba la atención por su pelo pelirrojo. En sus perfiles de redes sociales se le puede ver posando tras cazar jabalíes o montando a caballo en una finca familiar.

Tras el crimen de Elisa Abruñedo siguió haciendo vida normal y nadie en su entorno sospechaba de él.

Actualmente reside con su padre y uno de sus permanos en Narón, pero la familia es originaria de la zona de Vilarmaior, próxima al lugar del crimen. Recientemente falleció su madre.

Diez años de investigación

Los investigadores creen que es él quien a principios de septiembre de 2013 violó y mató a Elisa Abruñedo, una mujer de 46 años que había salido a pasear en el entorno de su casa, en la zona de Lavandeira, en el interior del municipio de Cabanas.

El cuerpo fue localizado por un vecino cosido a puñaladas en una zona de maleza situada a solo 200 metros de la vivienda de la víctima.

La investigación ha sido difícil. En el cuerpo de Elisa Abruñedo había restos de ADN del asesino, pero no estaba fichado y dar con él era como buscar una aguja en un pajar.

Han sido diez años analizando indicios, haciendo controles de ADN aleatorios en la comarca de Ferrol y por fin han dado con un sospechoso.

Pedro Blanco, delegado del gobierno, destaca la "perseverancia" de los investigadores y la colaboración ciudadana que ha permitido resolver un crimen que conmocionó a toda la población del norte de la provincia de A Coruña.

La investigación está bajo secreto de sumario y la dirige el juzgado de instrucción número 2 de Ferrol.

Queda por aclarar si el detenido conocía de antes a Elisa Abruñedo o si la escogió como víctima al azar. Roger Serafín conoce bien la zona por su afición a la caza.

Cómo se hace una investigación a partir de una muestra de ADN

En Herrera en Cope Galicia el criminólogo Felipe Pavón explica que a día de hoy los bancos de ADN solo contienen datos de los delincuentes con antecedentes que voluntariamente se someten a pruebas. "Se utilizan sobretodo para esclarecer crímenes de tipo sexual".

"La normativa es muy garantista, no es un sistema similar al que tenemos de huella dactilar". Los criminólogos esperan que con el tiempo se flexibilicen requisitos porque así se podría facilitar la resolución de muchos casos pendientes.

De todos modos la tecnología no deja de avanzar, y Pavón destaca que hay programas que permiten dar características físicas a partir de un perfil genético obtenido en un lugar del crimen. "Están en fase experimental, no son 100% fiables", pero ya se están utilizando para las investigaciones criminales.

Con relación a las investigaciones de campo, los expertos insisten en la necesidad de proteger los lugares en los que se comete un crimen. "Si se contamina puede entorpecer mucho una investigación".