Un refugio en la costa de Lugo: la propuesta de Diego ante las temperaturas altas

El Chiringuito Os Castros cumple doce años más uno, como le gusta decir a Diego. Este lugar mantiene los mismos argumentos de siempre: una carta corta, calidad prolongada y un paisaje único que enamora a todos los visitantes. 

Un Empresario con Pasado Deportivo

Diego López, antes de asumir la gerencia de su chiringuito, fue un hombre de negocios en el sector inmobiliario y, en su juventud, un prometedor jugador de fútbol cuya carrera se truncó debido a una lesión. Sin embargo, eso es agua pasada. 

Diego se encuentra enfocado en su negocio estacional, dedicado a su equipo de trabajo, que considera una auténtica familia, así como a sus clientes, quienes también son parte de un círculo familiar más amplio. 

Los que visitan el chiringuito año tras año regresan para saludar a Diego, a su equipo y disfrutar de un trozo del mar Cantábrico en A Mariña Lucense.

Carta Corta pero de Calidad

Es importante señalar que el Chiringuito Os Castros ofrece una carta corta, pero con productos de primera calidad. 

Destacan sus sardinas del Cantábrico a la brasa, por las que son reconocidos, además del churrasco, los criollos y, por supuesto, el buen pulpo.

También cuentan con excelentes vinos de la región, servidos a la temperatura adecuada.

Mareas Vivas y Paseos Inolvidables

Además, durante las mareas vivas, que coinciden con "la luna rosa" que se producirá a partir de mañana, es posible recorrer Os Castros y llegar a As Catedrais paseando por la arena, con el mar retirándose muchos metros mar adentro. 

Es una oportunidad única para vivir algo especial. 

El Antídoto ante el Calor

Hoy, mientras media provincia sufre temperaturas de hasta 40 grados, Diego invita a disfrutar de unas horas a 17.

Se anuncian temperaturas extremas en toda la provincia, excepto en ese cinturón mágico que conforma la costa lucense. 

Diego recomienda visitar el norte de Lugo durante los días más calurosos del año. 

A Mariña Lucense es un refugio maravilloso, con buena gastronomía, paisajes cautivadores y gente amable, y, a pesar de todo, "no está saturado de gente", según apunta Diego.