Vecinos de Santiago se hartan de los baches y los denuncian a la Guardia Civil

Hartos de comprobar cómo sus reiterados avisos al Concello de Santiago no generan respuesta, la asociación de vecinos A Xunlla de la parroquia compostelana de Laraño acaba de presentar una denuncia ante la Guardia Civil en la que se pone de manifiesto la inseguridad viaria que están provocando los baches que proliferas en seis viales de esta zona del rural. 

Un problema que no es exclusivo de esta parroquia porque son numerosas las denuncias públicas realizadas por distintas asociaciones vecinales sobre el mal estado de conservación de carreteras y pistas, pero que da una vuelta más al certificarse con una denuncia en la que los responsables de A Xunlla aseguran que los baches están provocando reventones de ruedas y daños en vehículos, cuyos dueños se han visto también en la obligación de denunciarlo ante la Guardia Civil. 

Y después de que la Policía Local, según denuncia el presidente de A Xunlla, Julio Fernández, no recoja estos incidentes en sus informes y denuncias.

Para ello adjuntan a la denuncia una serie de nueve fotografías en las que se observa el mal estado del firme, además de  denunciar el problema añadido de intenso tráfico soportado por el vial Pardiñas/Paredes y que se ha agravado tras el inicio de las obras de humanización de la Travesía do Milladoiro, en el vecino Concello de Ames. 

Reclamando en la denuncia que la Guardia Civil de Tráfico realice un estudio técnico exhaustivo "que constate y confirme el deficiente estado de los viales, evidenciando su lamentable situación de conservación y ausencia de elementos de seguridad vial imprescindibles como arcenes, aceras y marcas viarias visibles.

Además de solicitar que se evalúen las consecuencias del tráfico desviado por la AG-56, el corredor Galanas/Pardiñas y la vía de Ames sobre esta carretera y que, además de provocar un incremento notable del tráfico por carreteras y pistas que no cuentan con las medidas suficientes para soportarlo, están suponiendo un un enorme peligro para los peatones, especialmente para los niños que utilizan el transporte escolar "que se ve obligados a compartir la calzada con los vehículos, ante la falta de aceras".