Monseñor García Cadiñanos llama a la "conversión ecológica" al cierre del Tiempo de la Creación
El obispo de Mondoñedo-Ferrol urge a releer la ‘Laudato Si’ en su 10º aniversario y a combatir el "sistema economicista" que atenta contra el planeta

Foto de archivo de monseñor Fernando García Cadiñanos
Ferrol - Publicado el
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El Tiempo de la Creación, una iniciativa ecuménica impulsada por el papa Francisco, concluye este sábado, fiesta de San Francisco de Asís, dejando un claro llamado a la responsabilidad con la "casa común".
El obispo de Mondoñedo-Ferrol, monseñor Fernando García Cadiñanos, ha utilizado este cierre para invitar a los fieles a una profunda "conversión ecológica", destacando la interconexión entre la crisis ambiental y la crisis social.
Un doble aniversario que marca la urgencia
El mensaje del obispo subraya dos motivos especiales en la celebración de 2025. Por un lado, se conmemoran los 800 años del "Cántico de las criaturas" de San Francisco de Asís, un himno que enseña a sentirse "parte de la obra" de la creación y que inspira el "cuidado, la custodia, la responsabilidad".
Por otro lado, se cumplen diez años de la encíclica Laudato Si', del papa Francisco, documento que para Cadiñanos marcó las claves del ministerio papal: "el cuidado de la casa común y el rechazo a la cultura del descarte". El obispo anima a "releerla en su décimo aniversario y acoger sus propuestas proféticas", ya que planteó que "no son dos crisis sino una única crisis socio-ambiental".
La batalla contra el "sistema economicista"
Monseñor García Cadiñanos lamenta que, a pesar de la creciente conciencia particular, esta se dificulta al armonizarla con "prácticas estructurales y un sistema economicista" que ve la creación como un mero "elemento más de la producción".
El prelado señala directamente a los responsables de los "atentados a nuestro planeta": "El consumo de élite, los modelos empresariales explotadores y las teorías económicas que priorizan el beneficio sobre la sostenibilidad son más responsables en esta guerra".
Ante esta realidad, el obispo recuerda que la defensa del medio ambiente es una cuestión de justicia ambiental que tiene una dimensión social, económica, antropológica y teológica. "Parece que aún no se tiene conciencia de que destruir la naturaleza no perjudica a todos del mismo modo: pisotear la justicia y la paz significa afectar sobre todo a los más pobres, a los marginados, a los excluidos", sentencia.
Finalmente, el obispo invita a implorar a San Francisco de Asís para que conceda la sensibilidad para "acoger el grito de la tierra y el grito de los pobres", recordando que "vivir la vocación de ser protectores de la obra de Dios es parte esencial de una existencia virtuosa, no consiste en algo opcional ni en un aspecto secundario de la experiencia cristiana".