“El agua que nos une”: un viaje por la realidad hídrica de Extremadura
Ríos, embalses y sequías dibujan la realidad hídrica de Extremadura, un recurso esencial que hoy plantea más preguntas que respuestas

“El agua que nos une”: un viaje por la realidad hídrica de Extremadura
Mérida - Publicado el - Actualizado
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Extremadura es tierra de agua. De embalses, ríos, gargantas y playas interiores que han marcado su identidad y han decidido el destino de muchos de sus pueblos. Un patrimonio natural que da vida, impulsa la economía, atrae turismo… pero que también genera debate, desigualdad y conflictos.
Un mar interior que da vida
La región cuenta con más de 1.500 kilómetros de costa interior, situándose como la comunidad con más extensión de agua dulce de España. Playas como Orellana, Cheles, Alange, Proserpina o Talarrubias forman parte de un mapa acuático único, con más de 50 zonas de baño oficiales.

(Foto de ARCHIVO)Templo de los Mármoles junto al embalse de Valdecañas que pertenece al yacimiento romano de Augustóbriga que se esconde bajo las aguas de dicho pantano.EUROPA PRESS18/1/2023
Pero antes de que el agua llegue a nuestras casas, su viaje es complejo. En ciudades como Mérida o Badajoz, este proceso lo gestiona Aqualia, encargada del ciclo integral del agua. En las plantas potabilizadoras, cada gota pasa por filtros, decantación y controles exhaustivos antes de ser apta para el consumo. Y, tras su uso, las depuradoras devuelven el agua al río casi como nueva, protegiendo el Guadiana, el Albarregas, el Rivillas o el Anas.
La calidad del agua final también depende de cómo la usamos en casa”
Responsable de tratamientos de Aqualia en Extremadura
Cuando el agua se desborda
Extremadura conoce bien también el lado más destructivo del agua. La riada de Badajoz de 1997, las tormentas estivales que anegan viviendas y carreteras, o las lluvias que este año arrastraron la ceniza de los incendios de Las Hurdes y Sierra de Gata, contaminando ríos y obligando a restringir el consumo en algunos municipios.
El agua que nos da vida… a veces también la amenaza.
El reto de gestionar un recurso finito
Embalses, trasvases, regadíos, consumo urbano, energía hidroeléctrica… La gestión del agua es un puzle donde cada pieza afecta al resto.
Un debate que vuelve a dividir a la región: ¿son necesarios más embalses o es mejor mejorar la gestión existente?
En este diálogo, la diputada Irene de Miguel critica que “las grandes empresas se enriquecen con el agua de todos”, mientras otros sectores defienden que sin nuevas presas no habrá futuro para el campo ni para el desarrollo energético.
Los embalses que cambiaron Extremadura
Durante el franquismo, la región vivió uno de los mayores procesos de transformación hidráulica de España. Presas como Alcántara, Cíjara, Orellana o García de Sola modificaron para siempre el paisaje extremeño.

Los embalses que cambiaron Extremadura
Aportaron energía y desarrollo, pero también obligaron a desplazar a miles de familias. Un legado que aún divide opiniones: prosperidad para unos, desarraigo para otros.
El agua del campo: una cuestión de supervivencia
El 85% del agua de Extremadura se destina al regadío. La agricultura depende de ella para sobrevivir y muchos pueblos dependen de esa agricultura para no desaparecer.
Los agricultores experimentan con nuevas tecnologías de riego, reutilización de agua depurada y sistemas más eficientes.
El objetivo es claro: producir sin agotar. El agua en tiempos de cambio climático
Las lluvias llegan tarde, las sequías se prolongan y los episodios de lluvias torrenciales son cada vez más violentos. En las últimas dos décadas, Extremadura ha registrado un 20 % menos de precipitaciones y 1,5 grados más de temperatura media.

(Foto de ARCHIVO)Puente de Cantillana, en Badajoz, en diciembre pasadoREMITIDA / HANDOUT por PSOE DE BADAJOZFotografía remitida a medios de comunicación exclusivamente para ilustrar la noticia a la que hace referencia la imagen, y citando la procedencia de la imagen en la firma06/3/2024
El futuro es incierto: el agua será más escasa… y más cara. Por eso, el ahorro, la depuración, la reutilización y la educación ambiental ya no son opciones, sino necesidades urgentes.
Un cierre que es un comienzo
El agua no entiende de fronteras ni de ideologías. Recorre, evapora, regresa y vuelve a empezar.
Extremadura posee un tesoro líquido que define su identidad y su futuro.
Cuidarlo es un deber compartido.
Porque si el agua nos une… también puede ser lo que más nos separe.



