día de todos los santos
Los cementerios extremeños revelan su tesoro artístico
La región alberga un valioso patrimonio funerario con obras de grandes maestros del siglo XX que a menudo pasan desapercibidas para el gran público

Piedad de piedra de Juan de Ávalos en el cementerio de Mérida
Cáceres - Publicado el
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Con la llegada del Día de Todos los Santos, los cementerios reciben a multitud de visitantes, pero más allá de la tradición, estos espacios son auténticos museos al aire libre. Su origen extramuros, por razones de higiene, dio paso a camposantos donde los panteones y tumbas se convirtieron en un reflejo del prestigio social, dejando un legado artístico que a menudo se ignora.
El profesor de Historia del Arte de la UEx, Moisés Bazán de Huerta, ha recuperado este género poco estudiado en un recorrido por las esculturas funerarias contemporáneas más destacadas de Extremadura. Según el investigador, en la región se preferían los panteones a la escultura individual para mostrar estatus, y explica que "si no hay demasiada escultura funeraria en la zona es también porque la sociedad que la sostiene no posee el grado de desarrollo de otras regiones, ni cuenta con una clase burguesa especialmente solvente".
Obras maestras en Badajoz y Cáceres
En el cementerio de Badajoz, el profesor Bazán destaca el mausoleo de Reinerio Marcos Hiarte, fallecido con solo 21 años. Se trata, en palabras del experto, de "una impactante combinación integrada de arquitectura y escultura".
Una impactante combinación integrada de arquitectura y escultura"
Profesor de Historia del Arte de la UEx
El camposanto de Cáceres alberga otra joya: el panteón de la familia Berjano. Esta "hermética y potente estructura troncopiramidal, que simbólicamente afianza la idea de solidez y estabilidad", cuenta con un valioso relieve en bronce del artista catalán Josep Llimona.

Panteón de la familia Berjano en el cementerio de Cáceres
Simbólicamente afianza la idea de solidez y estabilidad"
Profesor de Historia del Arte de la UEx
Grandes nombres del siglo XX
La capital autonómica, Mérida, acoge la obra de una figura de gran proyección nacional, Juan de Ávalos, conocido por los Amantes de Teruel o su intervención en el Valle de los Caídos. En su tumba familiar erigió una notable Piedad en piedra.
El sur de la provincia de Badajoz también cuenta con un importante legado, principalmente del escultor Gabino Amaya. Destaca el encargo para la capilla-panteón de Hilario Molina en Azuaga (1926) y un Cristo yacente realizado en 1958 para la familia de su esposa en Granja de Torrehermosa.
El recorrido finaliza en Hervás, con la tumba personal de otro artista destacado, Enrique Pérez Comendador. Como concluye el profesor Bazán, el conjunto escultórico muestra "un grupo en bronce con el Santo Entierro".
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