La manifestación de ayer en Madrid por la unidad de España y para pedir elecciones ya, convocada por PP y Ciudadanos y a la que se sumó Vox, ha sido descalificada por el tripartito que gobierna la Generalitat. El presidente Ximo Puig, que a la hora de la manifestación estaba subiendo al monte Penagolosa para celebrar su reciente adquisición por la Generalitat, considera que la manifestación pinchó y que es un "desastre" y una "pérdida del valor fundamental de la convivencia" el que haya quienes quieran "hacer una distinción entre españoles buenos y malos". Quien se superó a sí mismo fue el portavoz de los socialistas Manolo Mata, que no tuvo mejor epíteto que dedicar a todos los manifestantes de ayer que el de “patrioflautas". Cree “intolerable” que haya dirigentes políticos “trasladando una imagen siniestra, oscura y en blanco y negro de lo que somos, muy lejos de la realidad". Es más, se refiere a esos dirigentes como "los jinetes del Apocalipsis que cabalgaban a lomos de luchar contra la liberación de la mujer, el fascismo, el racismo y la xenofobia” y que, fueron ayer “caballos desbocados”, según dice.