Lleva un objeto a la Virgen de los Desamparados para bendecirlo tras perderlo todo su hijo en la Dana

El besamanos de la Virgen de los Desamparados, patrona de los Valencianos y por donde han pasado más de 25.000 valencianos, deja historias de lo más emotivas y más si cabe este año marcado por la catastrófica Dana que el pasado 29 de octubre asoló gran parte de la provincia de Valencia.

En medio de una larga cola llena de fieles, estaba Amparo, cuyo nombre parece especialmente apropiado en un día dedicado a la virgen de los Desamparados. Amparo explica en los micrófonos de Mediodía COPE que ella este año por quien pide es por hijo, que vive y tenía un restaurante en una de las zonas más afectadas por al Dana, Paiporta.  

LA HISTORIA DEL HIJO DE AMPARO EN LA DANA

Amparo recuerda en COPE Valencia el día que la vida de su hijo cambio en cuestión de minutos. "Él tenía el restaurante al lado mismo del barranco. El agua le llegó hasta arriba, se lo llevó todo, completamente todo, vasos, mesas. Hace poco le han colocado lo que es la cocina." 

El emotivo mensaje de una vecina de la Dana al volver a su iglesia casi siete meses después: "A casa"

Afortunadamente, el desastre ocurrió en un martes, día de descanso para los trabajadores del local. "Menos mal. Y era el día que los trabajadores tenían fiesta, pero aunque afortunadamente nadie resultó herido y se salvaron vidas, el negocio quedó completamente arrasado.

El restaurante, que llevaba ocho años en funcionamiento, fue destruido por completo, tanto es así que el agua no ha dejado en pie ni un vaso, ni un plato. "Se lo llevó todo", recuerda apenada en el micrófono de COPE, donde además reconoce que es volver a empezar de nuevo, sin nada. "Cuesta todo mucho porque es que si le quedara algo, pero como no le ha quedado nada, es empezar desde cero. Ocho años que lo llevaba abierto."

El objeto que amparo lleva al besamanos para ayudar a su hijo

Ante esta situación, Amparo acude al encuentro con la Virgen, con la esperanza de encontrar consuelo y fuerza para su hijo, pero además no ha ido sola, se ha llevado una figura de San Pancracio para que sea bendecida. "Él lo tenía siempre arriba de la cocina, y hoy se lo traigo nuevo para podérselo bendecir. A ver si tiene suerte, que gracias a Dios le están ayudando muchos compañeros de restaurantes, amigos, está teniendo ayuda, la verdad."

La reconstrucción no es sencilla, y la burocracia tampoco ayuda, pero Amparo se aferra a la Fe y al buen hacer de los amigos y otros restauradores que ayudan a su hijo "Bueno, el consorcio es lo que más tarda." Sin embargo, Amparo mantiene la esperanza y le pide a la Mare de Déu por un futuro mejor para su hijo: "Que cuando lo vuelva a abrir, que siga teniendo la clientela, que está esperando que lo abra, porque ha tenido una maravilla de clientela y todos le preguntan, ¿vas a abrir, Víctor, vas a abrir? Sí, sí, sí."