EDUCACIÓN
Expertos en Bullyng: la clave es que los testigos se coloquen del lado de la víctima
Uno de cada 5 niños valencianos sufre acoso en el colegio. Cope Valencia ha entrevistado cada dia de la semana a un experto y coinciden: el agresor no es nadie sin público cómplice

RESUMEN DE LAS REFLEXIONES DEL PANEL DE EXPERTOS SOBRE ACOSO ESCOLAR
Valencia - Publicado el
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Los últimos estudios revelan que cerca del 7% de los estudiantes experimenta acoso escolar. Esto posiciona a la autonomía como la cuarta región con mayor porcentaje de casos de acoso en sus escuelas. La ONG Save de Children eleva las cifras, según las cuales, uno de cada 5 niños valencianos se reconoce víctima d este tipo de acoso o que una de cada tres familias conioce algún caso.
Más allá de los porcentajes, lo que es evidente es que cada vez más escolares sufren este tipo de violencia y la cosa va de mal en peor. Es más, tras la pandemia el acoso se ha dsiparado ya ha cambiado de forma. El abuso psicológico predomina ahora por encima del físico. A las patadas, pellizcos o golpes, les han sustituído los insultos, los motes o las burlas, que suelen "doler" más.
El preocupante aumento de este fenómeno ha llevado a Cope Valencia a entrevistar toda esta última semana a un experto cada día para analizar algunas claves y tratar de abordar posibles soluciones, cada unos desde su óptica, desde la administración educativa. la visión del docente, el educador, o la formación de educadores.
Esmeralda Llorca, jefa de sección de igualdad de consellería de Educación de la Generalitat Valenciana explicó como la consellería se ha dotado de todos los proptocolos necesarios para poder prevenir y actuiar ante posibles casos. En este sentido, destacó que "es importante detectar qué es y qué no, para lo que hay que cercionarse de elementos como la intencionalidad, la reiteración, el desequilbrio de poder, etc". Explicó que hay un decreto de hace un año que prevée un plan de convivencia en cada centro. Y a partir de ahi, surgen los protocolos de gestión sin perder de vista que conselelría dispone una unidad especializada de orientación a disposicion de los centros. En este sentido apostilló que "ante la denuncia de familia o testigo, es la dirceción del centro la que debe llevar la inicaitva de recabar información sobre lo que pasa y en su caso tomar medidas de cese y de restauración". El objetivo último es lograr pacificar la situación dentro del aula sin tener que plantear medidas más drasticas como un cambio de centro de uno de los dos actores implicados, víctima o agresor.
Y una pista: especial atención con los testigos que callan por miedo, porque no quieren ser víctimas o porque no quieren volver a serlo si es que lo han sido con anterioridad. Juegan un papel fundamental.
Mati Gisbert, orientadora de Salesianos Valencia, recordaba que "siempre ha habido abusones pero la diferencia ahora es el rol del docente que ha cambiado porque tiene menos herramientas para mantener su autoridad". Y eso no ayuda.
Gisbert pone de nuevo se pone la lupa en los “observadores”, tanto que ahí es donde está trabajando el "elogiado" sistema educativo finés, para concluír que "es muy importante involucrar familia del acosador en la educación de su hijo pero con mano izquierda, con delicadeza, evitando presentarle a su propio hijo como un terrorista"
Por último, Gisbert reclaca que "es importante atajar los casos pronto, en un estadio temprano, ya que la solución es mucho más fácil cuando el acoso todavía está en sus primeras fases y podemos decir que es de baja intensidad. Luego será mucho más difícil".
La decana de la facultad de magisterio de la UCV, Ángela Serrano, incidió en la naturaleza del acosador. Explicó que "los hombres pueden ser agresivos pero no violentos. El violento no nace, se hace", y que es verdad que "hay factores que pueden ayudar como que el nilño sea impulsivo u otros rasgos, pero que para que un niño sea violento, tiene que haber vivido o experimentado en su entorno de otros modelos violentos que han normalizado esa violencia".
Respecto al perfil de la víctima, "no suelen ser claros pero es evidente que si suelen ser personas vulnerables, con menos habilidades sociales para palntar cara a su agresor". Por eso "siempre hay un desequilibrio de poder entre agresor y víctima. Además los priemros carecen de empatia afectiva".
Entre las soluciones, apunta que "suele funcionar trabajar las habilidades sociales de las tres partes implicadas: víctima, agresor y testigos", para concluí que es "muy importante que cuando una víctima pide ayuda hay que ponerse rápido a trabajar su dañada autoestima y sobre todo asegurarle que en ese momento en el que se ha decidido a denunciar se ha acabado su calvario".
Finalmente, Rosa Bernabé, docente y autora de un libro que aborda la materia, apunta que "lo mejor es prevenir", y en esa prevención juegan un papel insustituible los adultos (padres y profesores) que "demasiadas veces nos acomodamos restando importancia a los hechos y retrasando su actuación a cuando ya es demasiado tarde, cuando ya hay un conflicto grave".
Bernabé coincide en que no hay un perfil claro y definido. Es más, advierte que a veces, incluso un niño ejemplar, educado en valores puede tener la tentación de pretender sacar cabeza socialemente pisoteando la de otro.
La receta de Bernabé es mucha formación profesorado y de los padres, tomar conciencia del problema, y -por supuesto- tolerania cero con el acoso.