Encuentran restos de ADN de los huesos de la fosa de Alcàsser 26 años después del triple crimen

El Instituto de Medicina Legal pide autorización al juzgado para tomar muestras de saliva a los padres y cotejar los perfiles genéticos

El antropólogo forense Francisco Etxeberria examina el lugar donde encontró el diente.

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

El caso Alcàsser sigue generando noticias y conjeturas tras cumplirse 27 años de los asesinatos de Míriam, Toñi y Desirée. Los cuatro huesos encontrados el 24 de junio de 2019 por una pareja junto a la fosa del triple crimen son humanos y podrían pertenecer a una o dos de las niñas. Un estudio antropológico realizado por el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses descarta que los restos óseos se hubieran desprendido del cadáver de Toñi en 1993, pero no excluye que sean trozos de falange de las otras dos niñas, Miriam y Desirée.

Una vez que los biólogos lograron extraer ADN de los pequeños huesos, el Instituto de Medicina Legal de Valencia tiene previsto citar a la madre de Desirée y al padre de Míriam para recoger sendas muestras de saliva y remitirlas al Departamento de Barcelona del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses. De esta forma, los especialistas podrán cotejar los perfiles genéticos para determinar si los restos óseos pertenecen a los cadáveres de las niñas.

El Juzgado de Instrucción número 6 de Alzira, encargado del sumario del caso Alcàsser, ya ha recibido una petición por escrito para que autorice la toma de muestras biológicas a los padres de las menores, concretamente a Rosa Folch y Fernando García, madre y padre de Míriam y Desirée, respectivamente, que enviudaron pocos años después de los asesinatos.

Los padres de Toñi están excluidos de estas pruebas de ADN porque al cadáver de su hija no le faltaba ningún dedo de las manos cuando los forenses realizaron las autopsias en enero de 1993, según las conclusiones del estudio antropológico.

En el caso de que fuera positivo el resultado del cotejo de los perfiles de ADN, además de confirmar que los huesos pertenecen a una o dos de las niñas, la jueza de Alzira podría ordenar a la Guardia Civil que cribe otra vez la tierra de la fosa para recoger otros pequeños restos óseos que podrían hallarse en el recóndito paraje de Tous.

Según fuentes judiciales consultadas por LAS PROVINCIAS, la intención es esclarecer la procedencia de los huesos humanos, pero sin reabrir viejas heridas, ya que los investigadores no quieren causar más dolor a las familias de las niñas. Tampoco quieren dar pábulo a las teorías sin fundamento sobre una trama criminal con Antonio Anglés y Miguel Ricart, los autores del triple asesinato, como posibles cabezas de turco.

El hallazgo de los restos humanos tuvo lugar el 24 de junio del año pasado, cuando un vecino de la localidad valenciana de Piles, Vicente B., acudió con su novia al paraje de La Romana en Tous para dejar un ramo de flores en el lugar donde Anglés y Ricart asesinaron a Míriam, Toñi y Desirée.

El joven descubrió primero un trozo pequeño de falange y luego halló tres huesos más tras remover la tierra con una rama. El primer dedo estaba en la superficie y los demás se encontraban enterrados a escasos centímetros. La pareja envolvió los restos óseos con un trozo de papel de aluminio y los llevó al cuartel de la Guardia Civil de Oliva, donde realizaron las primeras diligencias de investigación antes de trasladarlos al laboratorio de criminalística de la Comandancia de Valencia y al Instituto de Medicina Legal.

Mientras los especialistas realizaban los primeros análisis y creían que los huesos podrían ser fragmentos de las patas de una alimaña, el joven que los encontró decidió contactar con el prestigioso antropólogo forense Francisco Etxeberria. Vicente había leído en internet una noticia de LAS PROVINCIAS que informaba del hallazgo de un diente junto a la fosa durante la grabación del programa 'El Lector de Huesos' de la televisión autonómica ETB2.

Sabía que Etxeberria había encontrado el premolar y le envió un correo electrónico con fotos de los huesos. Poco después, el doctor le contestó que eran falanges humanas sin ninguna duda. Y no se equivocó porque el antropólogo forense Manuel Polo, otro de los especialistas más cualificados, corroboró lo mismo días después tras analizar los restos óseos en el Instituto de Medicina Legal de Valencia.

Hipótesis de Etxeberria

Etxeberria está convencido de que el diente y los huesos hallados junto a la fosa en los últimos años no habrían sido recogidos durante el levantamiento de los cadáveres en la tarde el 27 de enero de 1993, ni al día siguiente cuando los especialistas de la Guardia Civil de Valencia cribaron la tierra para buscar pruebas. Las lluvias lavaron el terreno con el paso del tiempo y esto favoreció que el diente permaneciera 24 años en un paraje poco transitado. Respecto a las falanges, el antropólogo forense recuerda que el cadáver de una de las niñas tenía una mano deshuesada, al parecer por una alimaña, y faltaban fragmentos óseos en varios dedos.

Tras el hallazgo del premolar en la fosa el 16 de febrero de 2017, el juzgado de Alzira acordó la remisión del diente al Servicio de Criminalística de la Guardia Civil para que los especialistas del Departamento de Biología trataran de extraer ADN. Sin embargo, la exfoliación y el gran deterioro del premolar tras permanecer muchos años al sol impidió la obtención de información genética.

Etxeberria cree que ahora la prueba ADN confirmará su hipótesis. «No tengo ninguna duda de que el diente y las falanges son de las niñas de Alcàsser. Los investigadores puede que no vieran los huesos en el levantamiento de los cadáveres por la falta de luz y porque son muy pequeños», precisó el forense especialista en antropología.

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