La flexibilización de las restricciones de aforo y horarios entán propiciando que el cine vuelva a ser una de las opciones de ocio de la mayoria. A ello están contribuyendo las buenas películas que aparecen semanalmente en nuestra cartelera desde todas las latitudes rompiendo con el clásico monopolio hollywoodiense. En esta oportunidad, Eduardo Casanova nos cuenta el detalle de lo que vamos a encontrar en estos tres títulos. Como de costumbre, variedad de temáticas, pero de buena factura en cada género.

NADIE

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Con un título nada estimulante, se presenta este estreno que aúna el thriller de acción y la comedia negra, resultando perfecto como vehículo de evasión. Enganchan sus formas narrativas en las secuencias iniciales y va creciendo en intensidad, aproximándose mucho al tono de aquellos films de los 90 sobre justicieros o policías implacables, en los cuales las elevadas dosis de violencia se alternaban con continuas notas de humor. Sabiendo en que terrenos se mueve, su objetivo es hacer de la evidente ficción un divertimento de principio a fin, extremo que consigue plenamente.

La vida de Hutch, casado y padre de dos hijos, se ciñe a trabajar de contable en la empresa de su suegro y a algunas tareas domésticas, aunque su matrimonio ya hace tiempo que entró en crisis. Una noche, unos encapuchados entran en su casa y teniendo la oportunidad de defenderse, opta por no reaccionar. Prácticamente, todo queda en un susto, pero los suyos se sienten muy decepcionados. Dispuesto a que no le vuelvan a subestimar, terminará enfrentándose a uno de los mafiosos más temidos de la ciudad.

BAJO LAS ESTRELLAS DE PARÍS

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Las buenas intenciones se imponen en esta tierna película de corto recorrido. El trabajo volcado en los protagonistas, un par de “invisibles”, de los muchos que deambulan por la gran ciudad, permite dotar este cuento urbano de sentimiento y mensaje. A ello contribuyen sus convincentes interpretaciones. Además, incorpora ocasionalmente imágenes reales y estremecedoras de auténticos desarrapados acampados en el extrarradio que dejan lecturas tristemente muy actuales. Así, más allá del propio relato, el film intenta concienciar al espectador sobre una realidad cercana y generalmente ignorada.

Christine malvive en uno de los márgenes del Sena, allí duerme cada noche, mientras por la mañana acude a algún comedor social, donde se relaciona con otras personas en idéntica situación. Esas rutinas se ven súbitamente alteradas el día que en su escondrijo se presenta un niño africano. En principio quiere quitárselo de encima, pero al enterarse de que la madre del chico va a ser deportada, ambos se embarcarán en una odisea para encontrarla.

YALDA, LA NOCHE DEL PERDÓN

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Podría pasar por una sátira corrosiva de los reality shows que triunfan en Occidente; sin embargo, este film iraní está inspirado en hechos reales, lo cual ya pone los pelos de punta y en mayor medida si atendemos al drama recreado. Indudablemente, hay elementos que pueden tomarse a modo de humorada, siempre y cuando el espectador sea capaz de distanciarse de su sufrida protagonista. No obstante, contiene aspectos muy condenables, ilustrativos del rumbo de las sociedades actuales, cuyos exitosos y morbosos espectáculos se aproximan a los circos romanos de antaño, agravados en aquella región por otros matices propios de un pensamiento arcaico.

Maryam, de 22 años, ha pasado varios meses en la cárcel tras ser condenada a muerte por haber asesinado a su marido, un hombre acaudalado que le triplicaba la edad. Ahora tiene la posibilidad de evitar la horca si, durante un programa de televisión, consigue que la hija de su difunto esposo le perdone públicamente. Paulatinamente iremos descubriendo los amargos detalles que llevaron a la joven a contraer matrimonio.