“El Alzheimer no es solo una enfermedad del paciente, sino también del cuidador”: Mari Ángeles Rodríguez relata 22 años de amor y resistencia
En su libro relata cómo acompañó durante 22 años a su marido en cada fase de la enfermedad

Valencia - Publicado el
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Mari Ángeles Rodríguez sabe lo que es vivir con el Alzheimer cara a cara. Su historia no es de segunda mano ni aprendida en libros: durante 22 años acompañó a su marido en cada fase de la enfermedad, incluidos los diez últimos, los más duros, donde la memoria se escapa pero el amor permanece. Así lo cuenta en Herrera en COPE Comunidad Valenciana. Fruto de esa experiencia nace su libro "No me dejes solo. Diagnóstico: Alzheimer", un testimonio en primera persona que pretende ser guía, desahogo y esperanza para tantas familias que hoy caminan por esa senda.
“Lo más difícil fue aprender a cuidar. Pensamos que sabemos, pero no. La enfermedad te obliga a estudiar, a entenderla para poder ayudar”, reconoce. Ingeniera técnica, jubilada y docente, Mari Ángeles nunca pensó que tendría que convertirse también en experta en neurociencia doméstica, pero lo hizo por amor. “Llegué a centrarme tanto en el estudio que mi hijo, catedrático de Farmacología, me decía que había aprendido más que muchos profesionales”, relata con una sonrisa.
El diagnóstico de su marido no llegó de forma clara. “Él era arquitecto técnico, muy meticuloso. Un día me llamó la atención un error que cometió midiendo una obra, y ahí empezó todo”. Primero fue etiquetado como depresión, dijeron los médicos. Años más tarde, en 2016, llegó el diagnóstico definitivo. Pero mientras tanto, y sin saberlo, habían estado haciendo lo correcto: mantener vivo el cerebro. “Aprendimos valenciano, tocamos el piano, nos apuntamos a filosofía y humanidades... Todo eso retrasó la evolución del Alzheimer”.
Mari Ángeles insiste en algo crucial: “Desde el minuto uno necesitan tranquilidad. El desasosiego que sienten por dentro solo lo saben ellos”. Por eso, recalca, debe haber un único cuidador principal, alguien que comprenda al enfermo, que esté preparado emocionalmente y que también sepa pedir ayuda cuando lo necesite. “Hay asociaciones y recursos. El CRE Alzheimer, por ejemplo, ofrece cursos gratuitos para familias, y eso es oro”.
Hoy en día, destaca, existen herramientas para detectar precozmente los primeros síntomas. “Gracias a la Cátedra de Deterioro Cognitivo de Lucrecia Moreno Royo y a las farmacias comunitarias, se está actuando antes. Es clave prestar atención a señales como el uso prolongado de antidepresivos en personas jóvenes”.
Con motivo del Día Mundial del Alzheimer, Mari Ángeles lanza un mensaje claro: “El cuidador también enferma si no se cuida. Es una carga emocional, física y mental enorme. Por eso hay que estudiar, pedir apoyo y no sentirse culpable”. Y, sobre todo, recomienda informarse en fuentes oficiales. “Internet está lleno de cosas, pero vayamos a lo que de verdad sirve. El CRE Alzheimer es un buen punto de partida”.
Su libro es, además, un homenaje. “Mi marido fue un ejemplo. Siempre dijo: estoy aquí y voy a luchar. Merece que su historia se conozca”.
La historia de Mari Ángeles no solo emociona, sino que ilumina. Porque en cada página de su libro y en cada palabra de su testimonio hay una llamada a la esperanza, al compromiso y a la humanidad frente a una enfermedad que sigue robando recuerdos, pero no el amor.