VALENCIA CF
Ni pizca de Gracia
El técnico del Valencia CF cumple nueve meses en el cargo con unos números paupérrimos y sin haber conseguido dotar a su equipo de un estilo de juego

Gracia trabajando con intensidad en la sesión
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Su llegada supuso una bocanada de aire fresco. Javi Gracia irrumpió en el ecosistema valencianista avalado, entre otras cosas, por su buen hacer tiempo atrás en situaciones similares. Gracia llegaba al Valencia CF tras haber lidiado con propietarios excéntricos (Al Thani o la familia Pozzo), con experiencia internacional (Rubin Kazan, Watford FC) y en proyectos donde tuvo que atreverse por la cantera (CA Osasuna, Málaga CF).
Tras más de un mes peleando por ser el elegido, con reuniones telemáticas e incluso cara a cara con los ejecutivos del club, el técnico navarro superó la criba y el 27 de julio fue nombrado oficialmente nuevo entrenador del Valencia CF. A pesar de las circunstancias conocidas por todos, el mejor proyecto y el club más grande de cuantos había tenido la oportunidad de dirigir hasta la fecha. Evidentemente, no irrumpió en una entidad de vino y rosas. Gracia aterrizó en Mestalla frente a un desafío relevante: dotar de herramientas futbolísticas a una plantilla limitada de efectivos, mantener el buen ambiente y la unión del vestuario y, por último, llegar lo más lejos posible clasificatoriamente hablando, pero sin obligaciones europeas. En definitiva, una temporada de transición, con penurias económicas y necesitada de un líder ilusionado con asumir el reto. Esas fueron las premisas marcadas por la propiedad y que le fueron trasladas al entrenador antes de estampar su firma en su nuevo contrato para las dos próximas temporadas. Y así lo hizo.

Gracia con el apoyo del vestuario
La pretemporada mostró algunos signos para la esperanza, representada por los medios de comunicación con una fotografía que cautivó a la afición: plano corto del rostro del técnico, durante una de las múltiples sesiones de trabajo en Paterna. Cara enrojecida, boca abierta, mandíbula desencajada y la vena del cuello hinchada. ‘Carácter, esfuerzo, pasión’, pensamos. Los resultados de aquellos primeros partidos quedaron en el verano y la luz del sol en agosto dio paso a la oscuridad tormentosa de septiembre. En la previa del estreno liguero en el derbi, Gracia estalló. "Hablo con el presidente y con Corona para manifestarles lo que necesitamos. Hay motivos que no logro entender del porqué no se han cerrado algunos fichajes. Estoy un poco decepcionado con la gestión de mercado y no sé si solo el problema es económico", señaló Gracia en rueda de prensa. Y añadió: "veo la plantilla como todo el mundo: debilitada fruto de las salidas. No tengo seguridad de que no se produzcan más salidas, yo solo espero que se produzcan algunas llegadas”. Aquel partido se ganó (4-2), pero Gracia mantuvo su discurso y su tono tras el encuentro: “el resultado no cambia las necesidades del equipo”.

Gracia durante una sesión
El mercado de fichajes se cerraba días más tarde, un 5 de octubre y, lejos de apaciguarse los ánimos, el inmovilismo del club hizo que el balance fuera el siguiente: diez jugadores se marcharon y no llegó ningún refuerzo. Por el camino quedaron las promesas en público y en privado del presidente y de algún consejero (José Luis Zaragosí) que días más tarde presentaría su dimisión.
Un camino que también quiso seguir el propio entrenador. Javi Gracia se ausentó de la sesión de entrenamiento para acudir junto a su representante (Rodri, Promosport) a las oficinas del club. Allí, frente a frente con Anil Murthy y Miguel Ángel Corona, el técnico del primer equipo decidió poner su cargo a disposición del club, como más tarde se encargaría de anunciar el propio Gracia a través de un comunicado en la Agencia EFE. Se quiso ir, pero no pudo. La indemnización que debía pagar abortó la dimisión. A pesar de las reuniones con los capitanes y del apoyo del vestuario, Gracia se sintió engañado por el club, tal y como él mismo anunció. “He puesto mi cargo a disposición del Propietario y del Presidente. Lo he hecho por honestidad profesional. La plantilla se ha debilitado”, sentenció.

Gracia cabizbajo
Desde entonces, cada comparecencia del técnico valencianista se convirtió en un martirio. Descreído del proyecto, cuestionando la credibilidad de sus dirigentes y mostrando públicamente su desilusión con cada mensaje. Triste, abatido y sin argumentos para dirigir al grupo. Algo que, a la larga, le ha llevado a firmar unos números paupérrimos al frente del equipo. Es el cuarto peor Valencia de todos los tiempos en la jornada 30. Además, es el Valencia con menos puntos en los últimos 33 años (1987-88). Lleva 12 puntos menos que la temporada pasada a estas alturas. Solo ha sumado ocho victorias en Liga (26,6%). No ha sido capaz de enlazar dos triunfos seguidos en la competición doméstica. Ha llegado a ser 9º y también ha estado con puntos de descenso (jornadas 16 y 17). Y tal y como destacaba el Diario Marca, ha empezado perdiendo 18 de los 30 partidos disputados.
Las sensaciones no son mejores. La imagen del equipo, los planteamientos del técnico, la ausencia clara de una idea de juego y los resultados hicieron que el debate en la calle, también lo haya perdido. Lo que comenzó con la afición valencianista respaldando a su entrenador y compartiendo su dolor, ha terminado por señalarle como uno de los responsables de no haberle sacado más partido a la plantilla.
En la gestión del grupo, tampoco ha estado a la altura de las expectativas. Tras pedirle el vestuario que siguiese con ellos, sus mensajes negativos en público no agradaron al equipo. Además, futbolistas como Yunus Musah, Manu Vallejo o Kangin Lee, han pasado al ostracismo sin motivo aparente. Los refuerzos en el mercado invernal (Ferro, Cutrone y Oliva) han tenido hasta la fecha una participación residual. Mientras que otros futbolistas como Cheryshev, Guedes o Maxi Gómez, se han mantenido en el once a pesar de su bajo rendimiento. El caso de estos dos últimos es, cuanto menos, curioso. Guedes y Maxi han sido castigados por el entrenador, por mal comportamiento y falta de actitud en las sesiones en Paterna. Sin embargo, ambos jugadores fueron repescados rápidamente por el técnico, a pesar de sus cifras. Destaca en lo negativo el delantero uruguayo. 11 jornadas consecutivas sin marcar y, por si fuera poco, autoexpulsado en el último compromiso liguero por menospreciar al árbitro. También es llamativo que, Kevin Gameiro, un jugador que termina contrato y que el club no quiere renovar, sea siempre la primera alternativa en el ataque.

Gracia derrotado en el Pizjuán
Todo esto, ha llevado un sentimiento contradictorio en el vestuario. Para los pesos pesados del equipo, Gracia es un buen entrenador. Por trabajo, metodología y puesta en escena en el día a día. De hecho, según ha podido saber COPE, el núcleo duro de la plantilla lamenta que no se haya centrado en sacar el máximo rendimiento a los recursos que tenía. Las distracciones externas, su pensamiento negativo y su enfrentamiento con la directiva le han privado de realizar un buen trabajo.
Por todo ello, Javi Gracia está en entredicho de cara a la próxima temporada. Hace dos semanas, Murthy y Corona se reunieron con el técnico a mesa y mantel. A falta de 10 jornadas para el final, los ejecutivos del club quisieron mostrarle su apoyo y dotarle de cierta tranquilidad para afrontar el último tramo del campeonato. Un último voto de confianza, en busca de cambiar su discurso, su talante y quién sabe si su pensamiento del proyecto. Pero no ha dado resultado. De hecho, en el club molestó mucho la actitud y el mensaje de Gracia en el Carranza. Se le había pedido contundencia y el entrenador titubeó. Pasó ante los medios de puntillas ante tan delicada situación (caso Diakhaby) y eso molestó mucho.
Tal y como desveló la Cadena COPE el pasado 19 de marzo, el Valencia CF está elaborando una lista de entrenadores de cara a la próxima temporada. El favorito para los técnicos, es Diego Martínez, actualmente en el Granada CF. El técnico gallego, finaliza contrato con el conjunto andaluz y ha rechazado la primera propuesta de renovación. Pero hay más. Del gusto del presidente, como ya lo fuera el verano anterior, es José Bordalás. El entrenador del Getafe CF tiene un año más de contrato con el conjunto azulón y un salario elevado. Dos inconvenientes a tener en cuenta. En la lista también está Javi Gracia. El navarro tiene un año más de contrato, aunque ambas partes tienen un plazo marcado al finalizar el campeonato para desvincularse pagando una pequeña indemnización a la otra parte. Algo que, si no hay un giro de 180º en el pensamiento de los ejecutivos de la entidad, se llevará a cabo al terminar la temporada.