Era enero de 1983. Se cerraba la primera vuelta de aquella temporada en la que la victoria aún valía dos puntos y el Valencia CF era colista de la Primera división tras haber conseguido tres victorias, tres empates y haber perdido 11 partidos. Miljan Miljanic era el entrenador y José Ramos Costa, el presidente, aunque dimitiría un mes después.

Ese Valencia CF fue el del milagro, el de la salvación en la última jornada de Liga, con aquel legendario gol de Miguel Tendillo al Real Madrid y toda una serie de carambolas en forma de resultados favorables a los ches que le terminó salvando del descenso in extremis, ya con Koldo Aguirre sentado en el banquillo.

Desde entonces, los de Mestalla no se habían vuelto a ver en una parecida. Ahora el equipo ni es colista, ni está en puestos de descenso, pero no se había vuelto a encontrar en una situación tan apurada a la conclusión de la primera vuelta como la de principios de 1983. Y ya ha llovido.

Ahora el Valencia CF que sólo ha sido capaz de sumar 20 de los 57 que se han puesto en juego, después de haber enlazado 17 partidos sin ganar en el campo del Real Madrid sigue asomado al precipicio, sin un futuro nada halagüeño y sin ningunas ganas de alargar esta situación tanto como aquella vez.

Los elementos que según los más optimistas juegan a favor de los ches son los muchos partidos (19) que aún quedan por disputarse, la calidad de la plantilla (aunque no haya quedado patente hasta el momento) y los muchos equipos que están en ese furgón de cola de la tabla clasificatoria.

Los más pesimistas dicen que el Valencia CF es de los conjuntos que andan por ahí abajo que menos acostumbrado está a moverse entre las tinieblas de la amenaza del descenso. Sólo el tiempo dirá.