Cerca de veinte ONG se reúnen desde este jueves en Valencia en las V Jornadas Nacionales de Payasos de Hospital para reivindicar la labor terapéutica que supone las 170.000 visitas anuales que de media realizan a niños enfermos en España, así como para profundizar y actualizar la formación profesional que reciben para poder prestar esta atención, que desde la pandemia también incluye intervenciones a menores y adolescentes con problemas psiquiátricos.

De este modo, hasta el próximo domingo se reunirán en la Petxina 90 asistentes de estas ONG formadas por más de 250 payasos especializados en la atención a neonatos, lactantes, menores, adultos con enfermedades crónicas y mentales y tercera edad y que cuentan con presencia en 15 comunidades autónomas, 39 ciudades y 102 hospitales repartidos por todo el país.

La artista Caroline Simonds cuenta que conocer el clown hospital del Bronx de Nueva York en 1988 fue "una auténtica revelación" que le permitió entender que la labor de estos profesionales "no era distraer" a los niños ingresados, sino que era "un auténtico oficio" que requería de una formación "específica y muy cualificada" para poder prestar una verdadera labor terapéutica en coordinación con el personal sanitario.

Por ello, fundó Le Rire Médecin, primera organización europea de payasos que se especializó en este tipo de atenciones. Estableció un código deontológico y presta formación continuada durante 10 meses al año a los 135 artistas que componen su "risa médica". Pero dio un paso más y hace 11 años creó un Instituto de formación profesional para "tener un manantial de payasos especializados en Francia y Europa". Este curso, reconocido por el Estado, consta de tres módulos de dos meses cada uno que combina una formación impartida por grandes profesionales centrados en tres ejes: sesiones sociosanitraias; artísticas y la práctica en hospitales.

Por él, pasan artistas de todo el mundo que deben reunir no solo el talento que se exige a cualquier actor, sino "grandes dosis de empatía, tener flexibilidad para ser capaz de distraer desde bebés a personas mayores, a ricos o pobres, además de ser muy intuitivo, tener mucha energía, ser equilibrado, amar la vida, ser resiliente, y ser capaz también de vivir cosas difíciles y salir entero". "Cuando elegimos a alguien para un hospital la entrevista no es solo para discernir la capacidad de hacer reír o de ser zen con los niños, sino que en esa empatía debe haber una distancia profesional", explica.

Precisamente, esas son las cualidades que observó la audición que realizó en Sergio Claramunt y que, como buen discípulo, le llevó a fundar Payasospital. En este caso, todavía no ha conseguido fundar, pese a sus intentos, una escuela de FP con reconocimiento oficial por alto coste que conlleva, pero sí que prestan formación específica a todos los payasos seleccionados para trabajar en esta ONG y también forma y supervisa a asociaciones de otras comunidades. En estos momentos Payasospital cuenta con un elenco estable de 23 artistas profesionales que visita cada año diez hospitales de la Comunitat y con 25 artistas voluntarios que colaboran de forma altruista en evntos extrahospitalarios.

Al respecto, explica que si la atención hasta ahora se centraba en intervenciones con los pediatras desde la pandemia también colaboran con los psiquiatras para preparar atenciones especializadas en niños y adolescentes con problemas de salud mental. En 2021 realizaron un total de 8.753 atenciones a menores y se beneficiaron de forma indirecta 9.257 familiares y acompañantes. En su mayoría son a pacientes ingresados, pero también realizan visitas a domicilio.

Por su parte, la vicepresidenta de Payasospital y pediatra del Peset, Sara Pons, recalca que el "desde de vista médico, está demostrado que la terapia del humor mejora la calidad de vida, reduce el estrés, la ansiedad, y el agobio, no solo de los menores y sus acompañantes, sino del propio personal sanitario". Para lograrlo, se prepara cada visita. "Los artistas no improvisan, conocen cada caso que visitan y se adaptan a las circunstancias y características del paciente", señala. El resultado, comenta, es que cuando tiene que reingresar los niños "solo preguntan si volverán los payasos".