Muy pocos pueden presumir (por no decir ninguno) del palmarés que ya luce Sebastián Mora Vedri a sus espaldas. A sus 32 años, el de Vila-real puede presumir de maillots nacionales, europeos y mundiales en una disciplina altamente competitiva a la vez que en algunos momentos olvidada por las cámaras como es el ciclismo en pista.

Mora logró convertirse en el fin de semana del aniversario de la Real Federación Española de ciclismo como el gran valedor por el velódromo en las 2 ruedas nacionales. Y lo hizo tras un primer año como World Tour en la carretera con el Movistar que se vio evidentemente lastrado por la pandemia y donde más allá de su labor de gregario y un par de escapadas apenas pudo lucirse.

Pero lo que no enseña en el asfalto lo saca en el óvalo. Y en el de Plovdiv lo volvió a mostrar. En lo que suponía su estreno en la instalación de la localidad búlgara, el de Vila-real consiguió un gran botín. No parecía el mejor momento tras el 9º puesto en scratch, pero se sobrepuso y en 2 soberbias carreras logró el primer lugar en Puntuación el viernes y en Medison el domingo junto a su inseparable compañero Alberto Torres.

2 oros más que sumar a un palmarés más que envidiable: 1 Mundial (Scratch, 2016); 5 europeos (2 de Madison (2015 y 2020), 2 de scratch (2015 y 2019) y el de este año en puntuación), más 3 platas y 2 bronces en mundiales, y a lo que hay que sumar numerosos campeonatos nacionales, triunfos de nivel como los 6 Días de Rotterdam en 2016 e incluso una prueba del calendario UCI de carretera, como es una etapa del Tour de Tailandia en 2014 cuando emprendió la aventura japonesa con el Matrix-Powertag.

Un importante currículum al que se le presenta un 2021 para completarlo, con un objetivo claro: los Juegos Olímpicos de Tokyo. Hasta que llegue, mucho trabajo sobre la bicicleta.