El confinamiento provocado con la COVID ha generado un fuerte impacto entre las personas con discapacidad. Tanto las que residen en su hogar como las que están en residencias se han visto gravemente perjudicadas por las limitaciones y restricciones derivadas de la pandemia. Con motivo de la celebración del Día Internacional de las personas con discapacidad, Frater quiere poner de manifiesto las consecuencias negativas de unas medidas impuestas durante los últimos meses que afectan a la autonomía personal y las relaciones familiares.

Las personas con discapacidad y las mayores se encuentran entre los grupos sociales castigados de forma "desorbitada" por esta pandemia, advierten desde Frater, y "no solo por condiciones objetivas, vinculadas con los estados de salud preexistente, sino sobre todo por factores sociales, políticos, económicos y legales" que colocan a estos colectivos en una posición de" fragilidad extrema" ante una emergencia sanitaria de estas proporciones.

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La Junta Directiva de Frater Castelló considera que el confinamiento que deben cumplir las personas que residen en el Maset es "totalmente excesivo" y lamentan la privación de visitas familiares. "En algunos casos se realizan a través de la valla perimetral de las instalaciones, lo que reduce, más si cabe, las relaciones a visitas exprés sin intimidad", explican. La edad media de las personas usuarias es de 53 años, el 65% tienen una discapacidad mayor del 75% y el 58% viven desde hace más de diez años en este centro ubicado en el Grao de Castellón donde reciben una atención integral.

"No estamos en contra de las medidas adoptadas, pero actividades habituales como comprar, salir a tomar algo, relacionarnos, ver a nuestros seres queridos se convierten en acciones extraordinarias para las personas del centro, incluso tomando las medidas de seguridad requeridas y con el apoyo de monitores, debemos preguntarnos si esta sobreprotección es beneficiosa", Miguel Ángel Sánchez (presidente de Frater Castellón).

Al igual que el CERMI, Frater sigue insistiendo en que se haga efectiva la ley de accesibilidad universal en todos los entornos, además de regular la accesibilidad cognitiva como nueva dimensión, mejorar el marco normativo de la accesibilidad audiovisual y asegurar la accesibilidad a la comunicación y a la información. "Las personas con discapacidad sentimos que rige una ley inexorable y fatal que lleva consigo irremediablemente que cuando a la sociedad, al país le va mal, a lo social, a la discapacidad le va mucho peor; y cuando a la sociedad, al país le va bien, ese bienestar no llega, solo fragmentos mínimos, a las personas con discapacidad y sus familias", puntualizan. También exigen una mayor dotación de plazas residenciales teniendo en cuenta las necesidades de cada persona, pero sin convertir los centros en "cajones de sastre" donde derivarlas sin tener en cuenta criterios de convivencia y atención personalizada y específica.