La conciliación familiar, un malabarismo estival para cientos de familias en la Marina Alta
La falta de escoletas entre el final del curso y el inicio de los programas de verano deja a muchos padres y madres sin soluciones reales para compaginar trabajo y cuidados

La pregunta que todos los padres se hacen cuando acaba el cole: ¿Y ahora cómo lo hago?
Denia - Publicado el
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El fin del curso escolar marca para muchos niños el inicio de las vacaciones, pero para cientos de familias de la Marina Alta supone el comienzo de un auténtico rompecabezas: cómo conciliar la vida laboral y familiar sin apoyos suficientes.
Con la llegada del verano, la llamada “semana muerta” entre el cierre de las aulas y el arranque de las escoletas de verano deja a padres y madres en situación de desamparo. Mientras el calendario laboral sigue su curso habitual, las opciones para atender a los más pequeños son escasas o inexistentes.
Ni escuela… ni alternativas
Durante estos días de vacío educativo, muchas familias se ven obligadas a recurrir a los abuelos y abuelas, cuando los hay, o a realizar auténticos malabares: cambiar turnos, pedir días de vacaciones o, en el mejor de los casos, llevar a los niños “de oficina en oficina” o de casa en casa, según con quién puedan dejarlos ese día.
Las escoletas de verano, cuando llegan, tampoco suponen una solución completa. La mayoría de las que se ofrecen en julio y agosto sólo cubren el horario de 9:00 a 14:00 horas, lo que deja a las familias con una jornada laboral por completar y sin opción de comedor ni ampliación de horario, algo que sería vital para facilitar la conciliación.
Un problema estructural
La situación no es nueva, pero se repite cada verano sin que lleguen soluciones efectivas. El problema es especialmente grave para familias monoparentales o sin red de apoyo, que se ven forzadas a asumir gastos extra en canguros o actividades privadas, siempre que puedan permitírselo.
En una comarca como la Marina Alta, donde la población crece durante el verano y muchas familias trabajan en el sector servicios con jornadas intensas, la falta de planificación institucional en materia de conciliación resulta incomprensible.
¿Y si repensamos el calendario?
Cada vez son más las voces que reclaman una mejor coordinación entre las administraciones educativas y sociales, que permita cubrir con servicios públicos todo el periodo vacacional escolar. La conciliación no debería ser un privilegio, sino un derecho básico para todas las familias.
Mientras tanto, en la Marina Alta, padres y madres siguen cruzando los dedos para llegar a septiembre sin perder el trabajo... ni la paciencia.