El municipio de San Miguel de Salinas no descansa para frenar la instalación de la planta fotovoltaica propuesta por la empresa dependiente del Estado Acuamed en sus tierras de cultivo más fértiles.

Bajo el lema “Renovables sí, pero no así”, el Ayuntamiento, las asociaciones de vecinos y los agricultores han organizado una concentración en la Subdelegación de Gobierno esta mañana para protestar contra lo que consideran un atropello al valor agrícola, paisajístico y cultural de la localidad. El pueblo ha acogido la iniciativa con afán, y han llenado los cuatro autobuses que se han completado para desplazarse a la capital provincial.

En total, casi 300 personas entre vecinos, agricultores y la corporación municipal de este ayuntamiento de la Vega Baja alicantina.

Piden al gobierno la retirada del proyecto para abastecer de energía a la desalinizadora de Torrevieja por su fuerte impacto económico, social, ambiental, paisajístico y cultural.

Según el proyecto, las placas solares ocuparían unas 160 hectáreas donde hay cultivos de cítricos en pequeñas parcelas y viviendas y se tendrían que talar unos 10.000 árboles de la zona para llevarlo a cabo.

La localidad se ha opuesto unánimamente en contra de la macroplanta, que actualmente está en fase de anteproyecto, y se ha trasladado en cuatro autobuses a la capital alicantina para hacerse oír delante de la Subdelegación del Gobierno.

Impulsado por la empresa pública ACUAMED (perteneciente al Ministerio de Transición Ecológica), el proyecto contempla la ocupación de casi 200 hectáreas ampliables de huerta histórica por placas solares para abastecer de electricidad a la desaladora de Torrevieja, que con su ampliación proyectada pasaría de producir 80 hm3/año a 120 hm3/año de agua para riego.

Los manifestantes han enfatizado las consecuencias económicas, ambientales, paisajísticas y sociales que tendría la macroplanta: "afectaría directamente a 70 familias que tienen allí sus huertas y ganan su vida con ellas", así como al pueblo entero, "que en gran parte basa su economía en la producción agrícola".

Asimismo, han manifestado la desproporcionalidad del impacto ambiental: "la desaladora pasaría a consumir el 23'6% de toda la energía dedicada a la desalinización del agua en el arco mediterráneo. No estamos en contra de la desaladora ni de las placas solares, pero tampoco aceptaremos que la carga recaiga únicamente sobre nosotros".

Además, reclaman que ni desde la empresa promotora ni desde el Ministerio hay voluntad para tomar en consideración las múltiples alternativas que se han propuesto por parte de los vecinos y los técnicos que han contratado, que incluyen la reubicación de las placas sobre los canales de riego, en los márgenes de la autopista, en torres o en el embalse de la Pedrera.

Los vecinos del municipio que han asistido a la concentración han manifestado cómo les afectará la macroplanta: "nos dejan agua pero nos quitan la huerta", ha expresado una de las afectadas; a quien le expropiarán la tierra pero no la casa, que quedará en medio de las placas solares.

Los jóvenes también se verán afectados: "mucha gente joven sigue ganándose el pan gracias a la agricultura, pero con la macroplanta se llevarían la mayoría de tierra fértil de nuestro municipio, de manera que se nos haría imposible dedicarnos a ella. Queremos renovables, pero así no"