Nerviosismo, convulsiones, llanto, incontinencia, agresividad, tembleques... Son algunas de las reacciones que producen el ruido de los cohetes a nuestros amigos de cuatro patas.

En la ciudad estos días los alicantinos ya han comenzado a disfrutar de la pólvora, de las mascletas, algo que para los animales es un auténtico calvario, especialmente para los perros que tienen una capacidad auditiva cuatro veces superior a la de de los humanos. La pirotécnia les produce taquicardia y en algunos casos, incluso la muerte.

Con este panorama, y sabiendo el daño que las explosiones producen en los animales, el próximo sábado está previsto el disparo de una de las mascletas de estas hogueras, fuera de concurso, en la Avenida Costa Blanca esquina con la calle Salabre, en la zona de playas, al lado de un hospital de urgencias veterinarias donde hay ingresados animales enfermos y operados que lo que menos les conviene es oir precisamente el estruendo de una mascletá.

El asunto ha llegado a las redes sociales que piden el cambio de ubicación, y en ello anda el Ayuntamiento, aunque debe ser la federación de hogueras la que lo solicite. Algo para lo que aún tiene tiempo y evitar así el estrés al que se somete a los animales con la pólvora que tanto le gusta a los humanos.