El baloncesto alicantino está de aniversario. Este 2 de junio hay que felicitar a todos esos aficionados que hace dos décadas decidieron cambiar el balón de fútbol por el del baloncesto, el Rico Pérez por el Centro de Tecnificación y quedaron enganchados para siempre a un sentimiento: el del Lucentum. Alicante cumple veinte años de su primer ascenso a la Liga ACB. Los triples de David Gil, los primeros pasos de uno de los mejores bases de la historia en España como José Manuel Calderón, la dirección de Andreu Casadevall, una pareja de norteamericanos coral como la formada por Horton y Fox, alicantinos como Navalón o Rafa Martínez, pívots jóvenes que llegaron a la ACB como Rejón o Jorge García...

Aquella noche mágica del 2 de junio del 2000. Nunca jamás el CT tuvo seis mil personas viendo un partido de baloncesto. La gente agolpada en las escaleras. Nadie quería perderse ese momento histórico. "Nunca en mi carrera he visto una ciudad tan volcada como ese año estaba Alicante. Siempre estará en mi corazón. Nunca lo olvidaré", recuerda el base malagueño David Gil desde Málaga.

Todos hicieron posible el sueño del gran Paco Pastor. El auténtico artífice de que Alicante descubriese la magia del baloncesto. Bueno, el sueño de Pastor y de algunos locos más que arriesgaron lo que tenían para poner el baloncesto en el lugar que le corresponde: Miguel Cano, Tomás Moya padre, el doctor Planelles, entre otros. "Recuerdo que mi padre estuvo nervioso toda la semana, pero cuando llegó al pabellón y vio ese ambientazo supo que el ascenso no se podía escapar", resume su hijo, Paco Pastor.