Torrelodones dedica una calle al padre José Pío Gurruchaga como homenaje a las Auxiliares Parroquiales
Se quiere reconocer así la labor y la humanidad de este sacerdote, en proceso de beatificación, y el gran trabajo de las monjas, que se instalaron en el municipio en 1990

Torrelodones dedica una calle al padre José Pío Gurruchaga como homenaje a las Auxiliares Parroquiales
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Torrelodones dedicará una calle al padre José Pío Gurruchaga, fundador de la orden de las Auxiliares Parroquiales de Cristo Sacerdote, que tienen una congregación en la localidad. El acuerdo se aprobó este martes en el Pleno.
La petición de dedicar una calle al padre José Pío Gurruchaga ha estado apoyada por la Parroquia de San Ignacio de Loyola y las firmas de casi un centenar de vecinos de Torrelodones. Se quiere reconocer así la labor y la humanidad de este sacerdote, en proceso de beatificación y declarado venerable por el Papa Francisco en 2020, que visitó Torrelodones, dentro de sus misiones, en los años 20 del pasado siglo e impulsó la creación de las Auxiliares Parroquiales de Cristo Sacerdote, con las que quería reforzar la presencia femenina en las parroquias y su ayuda a los sacerdotes en las funciones apostólicas.
La calle que se le dedicará está en La Colonia, y es el lugar donde está ubicada la residencia de la Congregación de las Auxiliares Parroquiales de Cristo Sacerdote, que se instalaron en el municipio en 1990 a petición del antiguo párroco de San Ignacio, don José Ramón Fernández- Baldor.
Desde entonces, han desarrollado una intensa labor no sólo en la Parroquia San Ignacio y en la Iglesia del Carmen, sino también el Colegio San Ignacio de Loyola y en la Residencia Parroquial de Ancianos Santa María de los Ángeles.

D. JOSÉ PÍO GURRUCHAGA
Fundador de las Auxiliares Parroquiales de Cristo Sacerdote. Este religioso, en proceso de beatificación, realizó varias misiones en Torrelodones a comienzos del siglo XX. El doctor Carlos Picabea, reconocido médico del municipio, fundó el Hospital para tuberculosos de Torrelodones, donde estuvo ingresada su hermana Mercedes Picabea, miembro de las Auxiliares Parroquiales.
Desde 1990, estas hermanas realizan en Torrelodones una labor Encomiable promocionando a la mujer y centradas en la atención a los más necesitados del municipio. Don José Pío Gurruchaga hijo de padres maestros, nació en Tolosa (Guipúzcoa) el 5 de mayo de 1881. Cursó estudios eclesiásticos en el seminario conciliar de Vitoria y obtuvo la licenciatura en Teología por la Universidad de Zaragoza. Fue ordenado sacerdote en Vitoria el 23 de diciembre de 1905 y destinado a la parroquia de Santa María del Juncal en Irún (Guipúzcoa).
Realizó un trabajo muy extenso que va desde la catequesis y establecimiento de asociaciones eucarísticas, hasta la fundación de varios sindicatos católicos en defensa de los obreros, así como la creación de una caja de socorro para los parados, siendo director tras su implantación en España, de la obra Pontificia de San Pedro Claver. Su interés por las misiones y los necesitados hace que sea nombrado en 1922 director nacional de la Obra de San Pedro Apóstol para el Clero Indígena. Es en este momento cuando centra su trabajo en la fundación de una congregación religiosa para ayuda del sacerdote en el apostolado de la parroquia.
La constante referencia a la necesidad de esta ayuda la recogen algunas militantes de la Acción Católica femenina, que secundan incondicionalmente la idea, llevando a la práctica las iniciativas propuestas. En 1978 se las reconoce como congregación religiosa de Auxiliares Parroquiales de Cristo Sacerdote.
En la actualidad, la actividad de esta congregación está extendida por España, México, Argentina e Italia. Don José Pío Gurruchaga falleció en Bilbao el 22 de mayo de 1967 y está enterrado en la localidad de Irún. Si por algo destacaba don José Pío Gurruchaga, era por su humanidad, sencillez y cercanía con los demás.
En definitiva, una buena persona que ha dejado un profundo recuerdo en su entorno y en la localidad de Torrelodones. Torrelodones, de forma póstuma, quiere agradecerle su entrega como sacerdote a lo largo de su vida, desde la Parroquia San Ignacio de Loyola, así como por sus misiones desarrolladas en este municipio a comienzos del siglo XX.