Va a un supermercado de Madrid, se encuentra con una señora mayor y lo que descubre de su familia le deja helado: “Es raro”
Le ha pasado a un joven que se llama Pablo y que, a través de su cuenta de TikTok, contaba cómo esta historia le acababa cambiando el día y su semana
Supermercado
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Ahora que estamos en verano y el calor aprieta que da gusto, tendemos a pensar que hay pocos sitios a los que podamos ir y refugiarnos. Sí, uno de ellos son las terrazas y los bares, donde abundan los refrigerios y el aire acondicionado para pasar mejor este momento.
Sin embargo, no siempre es así, y en otros momentos tenemos que buscar la sombra en otro lado, porque tenemos que seguir haciendo nuestros quehaceres. Tenemos que seguir yendo a trabajar, quedar con nuestros amigos, o ir al supermercado.
Trabajador de un supermercado con una sandía
Por lo menos, en esa última opción, estás a resguardo del frío, porque hay aire acondicionado. Y no solo eso, sino que te puedes encontrar con conocidos o vecinos, y conocer nuevas historias.
Esto es lo que le pasó a Pablo, un joven de Madrid que un día de este verano fue al supermercado y acabó con una historia entre sus manos que la contó en sus redes sociales, concretamente en TikTok.
Y es que ahí se encontró con una señora mayor a la que, inicialmente, ayudó con una compra, pero terminó siendo mucho más.
Lo que acaba descubriendo de su familia
Ponte en situación: vas al supermercado, estás haciendo tu compra semanal y, justo en ese momento, tienes una señora mayor delante que te pide ayuda para alcanzarle un producto.
Esto le pasaba a Pablo y, aunque parece una ocasión bastante común, lo que ocurría después de esa ayuda, era lo que terminaba en anécdota.
Él contaba que ayudó a una mujer a coger una manzana de la sección de frutas, porque ella, debido a su estatura, no alcanzaba a hacerlo. A raíz de ahí, entablaron una conversación que no esperaba que saliera por los derroteros por los que acabó saliendo.
“Por cosas de la vida, me quedé hablando un rato con ella. Cuando me iba a ir, me dio las gracias, dije que nada, pero me dijo que no, que muchas gracias en serio” empezaba contando este joven.
Todo, a raíz de ahí, se puso mucho más interesante. “Me dijo que gracias, en serio, porque hacía tres días que no hablaba con nadie. Me quedé sorprendido y pregunté por qué” decía Pablo.
Ahí es donde descubrió todo un entramado familiar que le dejó helado. “Me dijo que su marido había fallecido hace un año, y que su hijo vivía en Francia, pero que ni la llamaba. Vamos, que estaba sola” decía este joven.
“Me dio tanta pena... Me fui hacia la caja pensando, qué triste que pasen los días y esta señora ni siquiera tenga a alguien para preguntarle qué tal está” decía.
Al final, Pablo optó por darle su teléfono para que le llamara para lo que necesitara, o bien hablar, o para dar un paseo. Contaba que, de momento, no le había llamado, pero esperaba que sucediera pronto para que esta señora nunca más tuviera que sentirse sola.
Un taxi en Marbella y una parada 'insólita' obligatoria
Marbella puede ser uno de los destinos vacacionales más interesantes y jugosos para los españoles y, también, para los extranjeros. Es muy común, por tanto, que haya mucha afluencia de gente allí.
Esta taxista de la ciudad cuenta, a través de su TikTok, anécdotas que le ocurren en su taxi, y muchas de ellas, la verdad, son de lo más surrealistas.
Así pues, contaba una historia en la que un cliente puso patas arriba el taxi casi sin despeinarse. Todo ocurrió cuando, a mitad del trayecto, se dio cuenta de que llevaba algo en el pelo poco usual. Ella misma aclaraba que era un día en el que hacía mucho viento.
“Empieza a quitarse algo y me dice: 'madre mía, vaya bicho. No sé si era una araña, una pulga o qué'” comenzaba contando esta taxista.
Taxi en Marbella
Para su sorpresa, el mismo cliente decidía dejar el bicho en la alfombrilla o en el coche, sin saber exactamente a dónde había ido a parar. Esto fue lo que obligó a parar el taxi a esta chica.
“¿Eso ahora dónde va a estar? A mí me pica ya todo, no sé dónde está ese bicho, solo espero que se haya matado del golpe o algo” seguía diciendo la taxista.
Con mucho humor, esta chica acababa explicando que, claro, hacía tanto viento que el bicho se había colado en el pelo del cliente, sin tener en cuenta él, hasta que se movió en su pelo, que eso había podido ocurrir.