Este es el significado de los claveles en San Isidro: qué dice la tradición de cada uno de los colores
El clavel, especialmente en sus variantes roja y blanca, se ha convertido en símbolo inseparable de las fiestas de San Isidro

Este es el significado de los claveles en San Isidro: qué dice la tradición de cada uno de los colores
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Cada 15 de mayo, Madrid se viste de fiesta para celebrar a su patrón, San Isidro Labrador, un humilde campesino del siglo XII conocido por su fe y por los milagros atribuidos a él. Esta festividad es una explosión de identidad madrileña llena de música, comida, bailes, y, por supuesto, ropa tradicional y claveles.
¿Por qué nos ponemos claveles en San Isidro?
El clavel, especialmente en sus variantes roja y blanca, se ha convertido en símbolo inseparable de las fiestas de San Isidro. Se cree que su uso comenzó en el siglo XIX como adorno floral sencillo y popular entre las mujeres madrileñas que acudían a la pradera del Santo a pasar el día. Su resistencia y colores vivos lo hicieron ideal para adornar tanto el cabello como las solapas de los trajes.
Además de su estética, el clavel representa pasión, alegría y orgullo castizo, valores muy presentes en esta celebración. No hay romería sin claveles ni mantón sin flor. Pero, ¿qué significan cada uno de los colores?
el significado de los colores
Aunque no existe un código estricto, en la tradición popular madrileña se ha asociado el color del clavel con el estado civil de quien lo lleva, especialmente durante las verbenas.
- El clavel rojo: se asocia a que estás casado.
- El clavel blanco: es para los solteros, llevarlo indica que estás abierto al amor o al coqueteo castizo.
- Un clave rojo y uno blanco: significa que la persona está comprometida o tiene pareja.
Esta simbología añade un toque de picardía a la fiesta y ha sido parte del juego festivo y social entre los asistentes, especialmente en los bailes y paseos por la Pradera de San Isidro. El traje de chulapo y chulapa: orgullo madrileño

Este es el significado de los claveles en San Isidro: qué dice la tradición de cada uno de los colores
el chulapo y la chulapa
Los trajes típicos son uno de los emblemas más reconocibles de San Isidro, y detrás de su aparente sencillez hay una rica historia de identidad popular.
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El traje masculino se compone de una parpusa (la característica gorra de cuadros), pañuelo blanco anudado al cuello, chaleco ajustado (generalmente de cuadros o rayas) con un clavel en la solapa, y chaqueta y pantalón oscuros, a menudo de tejido grueso o incluso terciopelo.
Este atuendo nació como una versión elegante del vestuario diario de los barrios populares de Madrid, especialmente Lavapiés y Malasaña, durante el siglo XIX.
El traje de la chulapa es aún más llamativo. Consiste en un vestido largo, entallado, con volantes en la parte baja, que suele ser blanco con lunares rojos o negros. Se completa con un mantón de Manila, ricamente bordado, que se coloca sobre los hombros, y el peinado típico con moño alto o recogido adornado con uno o dos claveles. Muchas mujeres también llevan un pañuelo o redecilla en la cabeza, llamada "pañuelo de piñonate", que da un aire muy característico al conjunto.
El origen de estos trajes está en la clase trabajadora madrileña del siglo XIX, cuando en las fiestas populares se acudía con las mejores galas, que eran versiones arregladas de la ropa del día a día. Con el paso del tiempo, estos trajes se convirtieron en un símbolo de lo castizo, es decir, de lo auténticamente madrileño. Mucho más que una fiesta
San Isidro es una oportunidad para que los madrileños se reconozcan en su cultura, en su manera de hablar, bailar un chotis, compartir una rosquilla, o brindar con limonada. Es una fiesta del pueblo y para el pueblo, donde cada clavel, cada traje, y cada paso de baile habla de una ciudad que, en medio de su modernidad, no olvida sus raíces.