El pistacho se afianza como el ‘oro verde’ de Madrid gracias a su alta rentabilidad y adaptación al clima
El IMIDRA investiga cómo este cultivo puede transformar la agricultura madrileña, aprovechando no solo el fruto sino también sus subproductos de forma sostenible

El pistacho, fuente de riqueza para Madrid
Madrid - Publicado el
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El pistacho se está convirtiendo en un cultivo estratégico para la Comunidad de Madrid por su perfecta adaptación al clima y su alta rentabilidad. En una entrevista en Herrera en Cope, Pablo Estringana, investigador del IMIDRA, ha explicado que es un cultivo que "permite a los agricultores obtener de sus tierras una rentabilidad que les permite continuar trabajando y viviendo en el campo". Actualmente, hay cinco proyectos de investigación en marcha para mejorar aún más estos beneficios.
Las comarcas ideales para el cultivo
Las principales zonas de expansión del pistacho son la comarca de Las Vegas, que lidera en superficie y producción, y la comarca de la Campiña. Estringana recordó que la primera plantación de la región la realizó el propio IMIDRA en Arganda en el año 1999, una iniciativa "pionera" que ha servido de modelo para el sector. Junto a estas, la comarca suroccidental también presenta condiciones muy aptas para su desarrollo.
La clave del éxito del pistacho en estas zonas es una combinación de mucho frío en invierno y mucho calor en verano. Sin embargo, otras áreas como la sierra madrileña no son tan idóneas por el riesgo de heladas primaverales. Para abordar este problema, el IMIDRA desarrolla un ensayo a largo plazo en Torremocha de Jarama con el fin de encontrar variedades que se adapten a esas condiciones.
Más allá del fruto: innovación y sostenibilidad
El interés del IMIDRA no se limita al fruto. En el Centro de Innovación Gastronómica se trabaja en nuevos usos para los subproductos, como el aprovechamiento de la cáscara para ahumar platos o la elaboración de hidromiel y untables. "Estamos intentando buscar otras utilidades que no sean culinarias para la cáscara y para el pellejo", señaló Estringana.
Una de las líneas de investigación más prometedoras es el uso industrial de los residuos. Las cáscaras, ricas en lignina, podrían servir para obtener carbono activo, mientras que el pellejo, compuesto por celulosa, se estudia en colaboración con el CSIC para crear nanopartículas biodegradables.
La ventaja de estas nanopartículas es que, al proceder de materiales vegetales, "se degradarán mejor, no tienen ningún tipo de residuo en el medio ambiente". El objetivo final es aprovechar todos los subproductos del pistacho, un cultivo que ya ocupa casi 2.000 hectáreas y cuya superficie se espera incrementar notablemente en Madrid.
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.



