Así trabaja la unidad canina de vigilancia del Metro de Madrid: "si no hubiera sido por él..."
Vigilantes de seguridad patrullan por las instalaciones de Metro acompañados de sus perros. El binomio guía-perro (caneros) resulta muy eficaz para evitar actos vandálicos

Madrid - Publicado el
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Miguel Ángel es vigilante de seguridad. No va solo a su puesto de trabajo. En la parte trasera de la furgoneta de su empresa va Yago, un precioso pastor alemán de siete años con quien comparte la jornada laboral... y la personal. Porque Yago vive con él, entrena con él, sale de paseo con él. Es el sistema que utiliza la empresa de seguridad contratada por Metro de Madrid para vigilar sus instalaciones al aire libre. Los 13 depósitos que tiene el suburbano repartidos por toda la Comunidad de Madrid.

Vigilante de seguridad acompañado de su perro
40 vigilantes con sus respectivos perros
La labor fundamental de este binomio es garantizar la seguridad de las instalaciones de Metro, los lugares donde se reparan los vagones y se preparan para ponerlos en marcha. Su trabajo se centra en recorrer el perímetro para evitar la entrada de personas no autorizadas, sobre todo, de los grafiteros. Rubén Rodríguez Camarero, Responsable de Seguridad Patrimonial de Metro comenta que en lo que va de año "se han producido daños valorados en 252.000€" aunque la labor de vigilancia que hacen los caneros se ha demostrado "muy eficaz" porque "el perro no sólo está para proteger las instalaciones también protege a su dueño".
De 144 intentos de entrar de forma ilegal se han repelido 124 gracias a los distintos sistemas de seguridad como el vallado, cámaras térmicas, detectores y, por supuesto, los perros. Hacer un grafiti en el Metro de Madrid, además, "tiene un plus de notoriedad porque no es fácil".
Situaciones comprometidas
Miguel Ángel y Yago se entienden a la perfección. Con solo una mirada saben interpretar al otro. Por eso es tan importante que ambos estén juntos el mayor tiempo posible. Miguel Ángel nos cuenta que una vez acabada la jornada se va con él "de paseo, nos vamos juntos a tomar algo, también entrenamos porque Yago necesita un entrenamiento específico". El perro es capaz de identificar los uniformes de las FCSE y del personal que trabaja en las instalaciones, pero "no está tan acostumbrado a ver gente vestida de calle". Además, tienen que estar habituados a su lugar de trabajo. Rubén Rodríguez puntualiza que en esas instalaciones hay elementos muy característicos como "el olor, el balastro, productos químicos especiales..."
Miguel Ángel reconoce que se ha visto en situaciones comprometidas y que lo habría pasado bastante mal si no hubiera sido por su perro. Aporta mucha seguridad "cuando te ves en una situación en la que hay mucha gente o grupos de quince y veinte personas intentando entrar saltando la valla y con un extintor en la mano para rociarte con él y anularte".
Equipamiento especial
Nada más salir de la furgoneta Miguel Ángel prepara a Yago para el trabajo. Le coloca un peto especial "anti-trauma", una correa y un bozal de impacto. Es un bozal especial, de cuero reforzado que protege totalmente el hocico del animal aunque le impide morder. El agresor se puede llevar un buen golpe, pero está salvaguardado de posibles mordeduras.

Vigilante de seguridad revisa instalaciones acompañado de su perro
Metro tiene en marcha la ampliación de una nueva licitación para incorporar más caneros a las tareas de vigilancia de sus recintos. Las razas que se emplean para este trabajo suelen ser pastor alemán, malinois, rottweiller..., razas con mucha fuerza y muy equilibradas.