¿Cuál tiene más propiedades, el aceite o el vinagre?: el cara a cara de dos clásicos de la cocina

Por siglos, el aceite y el vinagre han sido los protagonistas silenciosos de nuestras mesas. Pero, ¿cuál de los dos es más beneficioso? ¿Cuál deberíamos elegir para nuestras recetas del día a día?

Imagen creada por IA (Sara S)

Duelo entre aceite y vinagre

Redacción COPE Cataluña

Barcelona - Publicado el

4 min lectura

El aceite de oliva tiene raíces milenarias. Se cree que su uso comenzó hace más de 6.000 años en la región del Mediterráneo oriental. Los egipcios, griegos y romanos ya lo consideraban un “oro líquido”, no solo por su sabor sino también por sus propiedades medicinales y su valor espiritual.

El vinagre, por su parte, no se queda atrás en antigüedad. Aparece como un “accidente feliz” del vino, cuando el alcohol se expone al oxígeno y se convierte en ácido acético. Hay registros de su uso en Babilonia hace 5.000 años, y en la antigua Roma ya era popular no solo como condimento, sino también como conservante y desinfectante. 

Aceite: el rey de la grasa saludable

El aceite de oliva —especialmente el extra virgen— es una de las joyas de la dieta mediterránea. Rico en ácidos grasos monoinsaturados, ayuda a reducir el colesterol malo y aumentar el bueno. Además, contiene polifenoles, antioxidantes naturales que combaten el envejecimiento celular y reducen la inflamación.

Consumido con moderación, el aceite de oliva puede mejorar la salud cardiovascular, favorecer la digestión y hasta tener efectos positivos en la memoria, según algunos estudios recientes.

Mejor uso: Ideal para aliñar en frío (ensaladas, verduras al vapor, pan), pero también aguanta bien el calor en salteados y cocciones rápidas. Eso sí, no todos los aceites son iguales: el virgen extra, obtenido por primera presión en frío, es el más puro y saludable.

Cantidad adecuada: depende de varios factores como la edad, la dieta o el ejercicio físico, pero en términos generales, la recomendación estándar para una persona adulta sana es de entre 2 y 4 cucharadas soperas al día

Diferentes tipos de aceite

Más allá del aceite de oliva

No obstante, más allá del aceite de oliva existen otros tipos de aceites también muy útiles en nuestra cocina y algunos muy beneficiosos para nuestra salud.

El aceite de coco, muy de moda últimamente, es rico en grasas saturadas y puede ayudar a saciar el apetito y mejorar la función cerebral. Por otro lado encontramos el aceite de aguacate, con un perfil muy similar al del aceite de oliva, que se puede cocinar con él a altas temperaturas, como freír o saltear, sin que pierda sus propiedades. Su sabor suave y mantecoso, pero, lo hace ideal para ensaladas modernas y puede mejorar la absorción de nutrientes.

Vinagre: el ácido virtuoso

El vinagre —ya sea de vino, manzana, o balsámico— es bajo en calorías y no contiene grasas. Su sabor ácido estimula la salivación y mejora la digestión. Además, ayuda a controlar los niveles de azúcar en sangre tras las comidas y tiene efectos antimicrobianos naturales.

El vinagre de manzana, en particular, ha ganado fama por su uso en dietas detox y como remedio casero para todo, desde el dolor de garganta hasta la limpieza del hogar. Aunque algunas de estas afirmaciones requieren más respaldo científico, su poder digestivo está bien documentado.

Mejor uso: Fantástico en vinagretas, marinados, escabeches y reducciones. Un toque de vinagre puede realzar el sabor de verduras cocidas o dar vida a carnes y pescados.

Cantidad adecuada: como el aceite depende de diversos factores, pero de 1 a 2 cucharadas al día es una cantidad adecuada y segura para la mayoría de las personas.

Cuchara de vinagre

Una gran variedad de vinagres:

Existe el vinagre de arroz muy suave y ligeramente dulce, ideal para sushi o aliños suaves. El vinagre de Jerez de origen español y que tiene un sabor profundo y elegante, se utiliza para guisos, carnes, salsas o ensaladas con carácter. Por otro lado el vinagre de frutas, como frambuesas o arándanos, suele tener notas dulces y afrutadas y va genial para ensaladas con queso o platos fríos.

El gran equilibrio: JUNTOS, PERO NO REVUELTOS 

La verdad es que aceite y vinagre no compiten tanto como se complementan. El primero aporta suavidad, grasa y cuerpo; el segundo, acidez, ligereza y chispa. Y juntos pueden crear un equilibrio sensorial ideal. ¿La proporción mágica? La clásica regla 3:1 —tres partes de aceite por una de vinagre— es un buen punto de partida.

No obstante, hay que adaptar esa fórmula a cada plato. Un vinagre muy ácido puede necesitar más aceite, mientras que un balsámico suave puede usarse con más libertad. ¿Quién gana?

Depende del objetivo. Si buscas sabor, saciedad y beneficios cardiovasculares, el aceite es tu aliado. Si prefieres algo ligero, digestivo y sin calorías, el vinagre tiene mucho que ofrecer. Lo cierto es que en una buena cocina no deberían faltar ninguno de los dos.

Veredicto final: No se trata de elegir un bando, sino de saber cuándo y cómo usar a cada uno. El aceite y el vinagre son como dos bailarines: solos pueden brillar, pero juntos hacen magia.