¿Cuál es la mejor ropa para combatir el calor?: Tejidos frescos y que transpiren
Al lino y al algodón de siempre se añaden tejidos naturales como lana y el cáñamo, o los nuevos sintéticos como el rayón-viscosa, el lyocell o el coolmax, un tipo de poliéster fresco

Ropa en el armario
Barcelona - Publicado el
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Con el calor, a menudo no sabemos qué ponernos y la desesperación nos invade: es aquí cuando el secreto es vestirse con las telas más frescas y la ropa más vaporosa, pero ¿cuáles son estos tejidos?. Lo que buscamos en la ropa de verano es que sea transpirable y ligera, que aísle la piel del calor, absorba el sudor y aleje la humedad del cuerpo. Por lo que, los más recomendados son los tejidos naturales, pero los hay sintéticos que a medida que avanzan las investigaciones, mejoran sus propiedades, son más baratos de producir y también cada vez más sostenibles.
Los clásicos de toda la vida son el algodón, el lino y la seda, siendo el segundo el rey por excelencia en verano para proporcionar frescura. Es un tejido resistente, ligero y transpirable que también tiene un cayente muy particular con cierta rigidez, que también se arruga con solo mirarle.
Ahora bien, como el lino, otros tejidos de origen vegetal que se obtienen a partir del tallo de la planta, como el cáñamo o el ramio, también tienen esta calidad térmica.

Ropa de cama de lino
Por su parte, el algodón es otro de los tejidos más comunes y una de las telas más utilizadas en verano. Al ser de origen natural, permite una mayor transpiración del cuerpo y absorbe el sudor. Además, es suave y duradero.
Y en cuento a la seda, con unas cualidades muy similares a las del algodón, esta absorbe la humedad y también es totalmente natural pero de origen animal, ya que se extrae del capullo de las lombrices de seda. Hace la tela más fina, vaporosa y fresca del verano y, el toque que da la seda es diferente de ningún otro tejido por su cayente y tacto únicos.
La lana: aisla y regula la temperatura
Uno de los tejidos que pueden ayudarnos a sentirnos más frescos, aunque parezca que no, es la lana fresca o coolwool. Un tejido utilizado por los humanos desde la edad de piedra y que, al igual que la seda, regula el calor del cuerpo: en invierno abriga y en verano refresca.
El secreto está en la estructura y diámetro de sus fibras, que tienen bolsas de aire, por lo que la lana aísla y absorbe la humedad. Mientras que, en invierno, el calor corporal se almacena en estas cámaras de aire, aislándonos del frío incluso a temperaturas bajo cero, pero en verano el efecto es todo lo contrario.
cáñamo, bambú, rami o esparto
Aunque se han utilizado durante la historia, estos no son los más habituales pero en los últimos años la industria y la investigación textil en busca de nuevos tejidos, ha sacado provecho de unas fibras que no se utilizaban para vestir, mejorando y aprovechando sus propiedades.
El cáñamo, como el lino, son fibras que se extraen del tallo de la planta, y el rami se extrae de la ortiga. Y es que, el primero, se está convirtiendo en un gran protagonista de los tejidos de verano. Es muy similar al lino, con la ventaja de que se arruga mucho menos y tiene capacidad térmica, como la seda, y también absorbe la humedad. Además, para los científicos, el cáñamo tiene ventajas para el medio ambiente porque "está verde todo el año, y su cultivo actúa como cortafuegos".
No obstante, los tejidos de bambú también están haciéndose un sitio porque absorben el exceso de humedad y se evapora rápidamente. Las fibras de bambú están vacías por dentro, lo que hace que absorba entre 3 y 4 veces más la humedad que el algodón, evitando las manchas de sudor como ocurre con la seda. Son tejidos más ligeros, pero tienen una sensación táctil similar a la cachemira.