Los mejilloneros siembran un millón y medio de kilos de cría comprada de nuevo en Italia y Grecia por la mortalidad del verano

Los acuicultores confían en que funcionen las pruebas de los viveros de semilla de mejillón en alta mar para reducir costes

Los mejilloneros siembran un millón y medio de kilos de cría comprada de nuevo en Italia y Grecia por la mortalidad del verano

Los mejilloneros siembran un millón y medio de kilos de cría comprada de nuevo en Italia y Grecia por la mortalidad del verano

Mar Puerto

Barcelona - Publicado el

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Los mejilloneros del delta del Ebro ultiman la siembra de la cría, y cerca de un millón y medio de kilos de semilla ya cuelgan de las bateas. Este año, estas semillas vuelven a venir de otras partes del Mediterráneo. Han tenido que comprarlas, sobre todo en Italia, porque las altas temperaturas del agua en verano mataron al 90% de la cría autóctona. Antes esto ocurría una vez cada cuatro años y ahora pasa tres de cada cuatro. Los costes de producción se disparan, especialmente cuando en las zonas donde se compra la semilla también muere por el calentamiento del mar, como ocurrió el año pasado. Los acuicultores confían en que las pruebas de viveros de cría de mejillón en alta mar den buenos resultados y que la alternativa cuando muera su semilla sea de proximidad. 

Los camiones de Grecia e Italia llegan de madrugada y los acuicultores esperan la remesa a la entrada de las instalaciones de la Ràpita (Montsià) cuando aún faltan unas horas para que salga el sol. La cría ha salido de origen 24 horas antes y tiene la hora de llegada comprometida. Si viene de Grecia, el viaje dura tres días. Este año, unos 75 tráileres han descargado semilla en las instalaciones acuícolas de la “pequeña Venecia”.

A medida que descargan los palets cargados de semilla, los mejilloneros la compran y la llevan a sus almacenes. Allí deshacen los lotes y van cargando las cuerdas en las pontonas, para tenerlo todo listo y salir hacia las bateas cuando amanezca. La cría se sumerge en el agua “para recuperarse” antes de trabajarla y repartir las cuerdas de nuevo, si es necesario.

Los mejilloneros siembran un millón y medio de kilos de cría comprada de nuevo en Italia y Grecia por la mortalidad del verano

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 Sin cría propia  

Esta operación de compra antes de la siembra del mejillón, hasta ahora, no era habitual. Cada acuicultor hace su cría en las bateas, y la recoge y guarda cuando cosecha el mejillón. Con el cambio climático, los veranos de temperaturas extremas y un agua de mar más caliente, cada año se sufre más para que sobreviva. A mediados de verano se viven unas semanas críticas en las que prácticamente toda la semilla muere y los mejilloneros del delta del Ebro pierden la siembra de la campaña siguiente

El mejillón, a partir de 26 grados de temperatura del agua, deja de comer y pierde carne, y a partir de 28 grados, muere. No es extraño llegar a temperaturas del agua de hasta 35 grados en Alfacs y Fangar, y ya hace unos años que la campaña de recogida del mejillón se adelanta casi dos meses. Antes terminaba a finales de septiembre y ahora prácticamente se da por finalizada en julio. Los productores pierden uno de los mejores meses de consumo y ventas, que es agosto. La semilla, en cambio, debe pasar todo el verano en las bateas y con los registros de calor actuales, se hace muy difícil que sobreviva. Este año, por ejemplo, a finales de julio la cría de mejillón “estaba perfecta” y el 17 de agosto había muerto.

 Menor rentabilidad  

Comprar la semilla significa un incremento de costos muy importante y también un encarecimiento del precio final del producto para el consumidor. Como detalla Gerardo Bonet, gerente de la Federación de Productores de Moluscos del Delta del Ebro (Fepromodel), “traen la cría del Mediterráneo”, desde Grecia, Italia y también Francia, “porque es la única que se adapta a las bahías del delta del Ebro”. Necesitan un millón y medio de kilos para poder llegar a los tres o cuatro millones de kilos de producción de mejillón en verano. 

La semilla, el pasado viernes, se pagó a 1,25 euros por kilo. Hace solo cuatro años costaba la mitad, unos 0,67 euros por kilo, pero el año pasado pagaron el triple, a 1,80 euros. Se ha llegado a pagar 3 euros por kilo. El encarecimiento del año pasado se produjo porque en Italia, en el sur, también sufrieron una mortalidad del 90% de la cría de mejillón por el calor. 

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